El Luna Park, vidriera del silencio

Da la impresión de que el oficialismo, ensimismado en mostrar a su vedete candidata Cristina Kirchner, omite referirse a que el riego país crece día a día. Hay síntomas de crisis en los mercados generales, de la que dan cuenta las administradoras mundiales de fondos, alertando a todos. Luego de escuchar el vacío discurso de la candidata en una bella escenografía, no se alcanza a entender cuál es el proyecto o la plataforma que propone en casi todos los campos y especialmente en el económico.

Sólo cabe presumir que será el continuismo de su mandante y esposo, con la diferencia de que el show montado, al mejor estilo Primer Mundo, nos mostró a la designada candidata en todos sus perfiles televisivos, merced al equipo coreográfico montado por la Secretaría de Medios. Quizás resultaba más asimilable a una novela venezolana, obviando que colocamos bonos a tasas del 11 por ciento a ese país y que la conmoción financiera se escondiera en “la leonera” del Luna Park vestida de traje. Un escenario que callaba la vulnerabilidad que ha generado la falta de transparencia argentina en todos los mercados.

Emocionaron los aplausos de todos los asistentes disciplinados y especialmente la de los popes de la economía: Peirano y Redrado, quienes, embelesados, aclamaban a la candidata oficial, sin que sus rostros mostraran alguna preocupación por los compromisos crecientes de la deuda externa. Sólo ha estado ausente la escena más paradigmática del Luna Park: Gatica venciendo y Perón en el ring-side. Obvio que el rugido “leonero” se hubiera transformado en “¡queremos más valijas!” en la vidriera del silencio.

Francisco Scolaro