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 jueves, 23 de agosto de 2007  
Un adiós entre lágrimas y recuerdos

El de ayer fue un día muy triste para todos los que hacen los medios de comunicación de Rosario, pero más para la familia y los allegados a Nacho Suriani. “Como oyente y después como funcionario municipal, me tocó tener una estrecha relación con él”, recordó el intendente Miguel Lifschitz, quien agregó: “Era un tipo con el que se podía conversar de cualquier tema”.

Su compañera en los estudios de Radio 2, Mirta Andrín, comentó entre risas y lágrimas: “Siempre le recriminé que le había dado más desayunos que a mi propio hijo”. La locutora además dijo sobre sus creencias que Nacho le había dicho “por las dudas creo” y le pidió a Dios “un lugar especial para él”.

Considerado por sus conocidos como “un gran anfitrión” y marcado a fuego por sus amistades, Suriani fue homenajeado por sus conocidos. “Era un hombre de tener amigos, no muchos, pero esos los tenía cincorporados a su familia”, memoró Pablo Andrés Cribioli, ex presidente del Concejo Municipal.

El mismo tono utilizó Daniel Germano, ex ministro de Hacienda: “Es un orgullo ser su amigo, luego de casi 20 años de estar en esa mesa de los viernes” para reivindicar que Nacho era “un agricultor de primera” de sus amistades. Cribioli, Germano, el ex ministro de Educación, Héctor García Solá, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia santafesina, Roberto Falistocco, fueron sus laderos en las largas cenas donde se discutía de política, música y mujeres.
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