Año CXXXVII Nº 49569
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Autos
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 12/08
Mujer 12/08
Economía 12/08
Señales 12/08
Educación 11/08
Estilo 04/08
Salud 01/08
Página Solidaria 01/08

contacto
servicios
Institucional




 domingo, 19 de agosto de 2007  
Entre Ríos
Colonia Liebig: lugares con historia

Karina Primo

Caminar las arenosas playas del río Uruguay, levantar las piedritas color ámbar translúcidas, como las que sólo este río ofrece, meter los pies en el agua fresca y mirar hacia los palmares y la selva es un programa muy tentador para un fin de semana. Acá nomas, muy cerquita, en Entre Ríos.

Si se animan pueden transformar la rutina en una enriquecedora experiencia de esas que no se olvidan fácilmente. A 400 kilómetros distante de Rosario aproximadamente y sobre la ruta nacional 14 comenzamos el recorrido por pueblos que heredaron la historia desde sus orígenes como Colonia Liebig. Aparece entre verdes campos cultivados y desde su entrada ya se puede reconstruir una escena de las primeras décadas del 1900, cuando los ingleses poseían un gran poder económico sobre la Argentina.

La colonia nace cuando se instala el frigorífico de la Liebigs Extract of Meat Company y se construyen las viviendas para albergar a los que iban a trabajar en él. El trazado está dividido en dos barrios, el obrero y el jerárquico. En los tiempos de actividad estaban separados por la manga donde ingresaban los animales. Todos los edificios tenían diversos tipos de utilidades: el actual Centro Cívico albergaba los negocios, casas para obreros solteros, la farmacia, la bilblioteca, casas para personal jerárquico, alojamientos para visitantes divididos según su jerarquía, club de fútbol, canchas de tenis, de golf y aeródromo propio.

El frigorífico a su vez estaba equipado para ser casi autosuficiente, llegando en su apogeo a faenar unos 1.500 animales al día, que se destinaban a la elaboración de extracto de carne y corned beef (carne en lata). Es un placer para los ojos recorrer las calles del barrio obrero con los zaguanes y galerías que comunicaban diferentes ambientes de una misma construcción. Los elegantes chalets de estilo colonial inglés, la capilla con los vitrales y las fachadas que han sido mantenidas con un gran criterio conservacionista. Sin lugar a dudas los pobladores actuales han tomado conciencia del valor de su propia historia, porque la identidad se respira. Se puede visitar el Centro Cívico para realizar una interpretación visual, y centros culturales privados donde se exponen cuadros y fotografías plasmando la esencia del lugar.

Visitas guiadas, una magnífica muestra de mariposas e insectos de todo el mundo junto a la gastronomía y artesanías contentan todos los sentidos de los visitantes.

Sobre la misma ruta, un poquito más al norte, otro lugar que es digno de conocer por su delicado equilibrio entre lo natural y cultural es Ubajay, que en lengua guaraní significa fruta ácida. Aunque antiguamente se la conoció como Colonia Yatay cuando llegaron a ella las primeras familias de origen judío a colonizarla, trabajando laboriosamente sus tierras dedicándose a la selvicultura y ganadería.



Costumbres inglesas

Aquí también encontramos el legado de las costumbres inglesas fruto de los negociados de principios del siglo XX. Se reflejan hoy en la antigua estación de trenes que es uno de los museos mas importantes de la provincia entrerriana, porque se conserva como lo fue originalmente en su totalidad: una espectacular construcción de ladrillos vistos, con techos de chapa, galerías con cenefas de maderas, robustas aberturas, aparatos de comunicación, señalización, ropas, registros, todo lo que tuviera que ver con los trenes, y el andén que tanta actividad alguna vez tuviera.

Desde aquí se puede hacer un divertido paseo en “zorra” hasta el arroyo “El Palmar”, donde abunda la vegetación de palmeras yatay de hasta 20 metros, el arrayán del norte, el mataojos con sus verdes y brillantes hojas, sauces, molles y ceibos conviven armoniosamente con las forestaciones de pino, eucalipto y quintas de citrus.

Si queremos realizar actividades de ecoturismo, es recomendable visitar el Parque Nacional El Palmar, donde se protegen pastizales, espinales, bosques autóctonos y animales en vías de extinción.

¿Y por que no animarse a pasar una noche en un refugio de vida silvestre? O escuchar los miles de sonidos que nos ofrece la naturaleza y ver uno de los amaneceres más resplandecientes que se puedan imaginar a orillas del pintoresco río Uruguay.

Y si algo le faltaba a este recorrido soñado de fin de semana puede encontrarlo en un relajante baño de aguas termales en los interesantes complejos ubicados en las localidades de Villa Elisa, San José o Colón en el camino de regreso a casa.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados