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domingo,
19 de
agosto de
2007 |
Extrema tensión y revuelo social en la provincial natal del presidente
Empleados estatales santacruceños, que participaban de una marcha en repudio de los incidentes ocurridos con el ex ministro kirchnerista Daniel Varizat, arrojaron ayer las vallas colocadas por la policía provincial y rompieron vidrios de la Casa de Gobierno de Santa Cruz. El ambiente se enrareció aún más cuando apareció quemada la carpa que desde hace meses instalaron los docentes frente a la sede gubernamental.
En medio de un clima de violencia, funcionarios del gobierno y el propio presidente Néstor Kirchner mantuvieron silencio sobre el episodio que protagonizó Varizat el viernes a la noche en Río Gallegos, cuando atropelló a un grupo de manifestantes que habían rodeado su camioneta. Sólo el mandatario de Santa Cruz, Daniel Peralta, se refirió a lo sucedido y calificó la actitud del ex funcionario kirchnerista de “irracional”.
Mientras, el matrimonio Kirchner abandonó Río Gallegos y se recluyó en su casa de El Calafate, acompañados por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Pese a estar “incomunicado” en la cárcel, Varizat habló con una radio porteña del hecho que lo tuvo como protagonista. “Estaba en riesgo mi vida, y avancé”, se justificó.
Más disturbios. Los manifestantes, que volvieron a concentrarse en el mismo lugar donde el viernes reclamaron aumento salarial, exigieron que “el poder político y la Justicia castigue” a Varizat y pidieron la renuncia del jefe de la policía local, Wilfredo Roque.
Al llegar a la sede de la Gobernación, arrojaron las vallas y llegaron hasta el hall de entrada, donde rompieron vidrios al lanzar piedras e hicieron retroceder a los efectivos policiales.
Barbaridad. Por otra parte, en el hospital regional de Río Gallegos quedaban internadas cinco personas, de las cuales una mujer permanecía en terapia intensiva con asistencia respiratoria moderada.
Un día después del grave incidente protagonizado por Varizat, el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, salió a repudiar los hechos de violencia registrados durante las manifestaciones empleados estatales. El mandatario provincial consideró que Varizat cometió “una barbaridad, un acto irracional” al atropellar a 17 personas, y reveló que el presidente Kirchner y su esposa y candidata a sucederlo, Cristina Fernández, están “muy preocupados” por el hecho.
Peralta se distanció del ex ministro de Gobierno, se solidarizó con las víctimas del grave incidente y pidió “el compromiso de todos los sectores con la paz social”.
Peralta aclaró que con Varizat no habló “ni piensa hablar” y advirtió que para él, el incidente en el cual atropelló a 17 personas “fue una barbaridad, una tragedia, un acto irracional” y precisó que luego del hecho, el ex funcionario de Kirchner quedó “detenido e incomunicado”.
Justificación. Pese a estar incomunicado, Varizat concedió ayer una entrevista donde avaló su accionar. Justificó su reacción al afirmar que “tenía miedo” de que lo “maten” las personas que rodeaban su camioneta. “Lo que pasó es que fui agredido por más de 200 personas que me empezaron a insultar y a golpear. Me amenazaron de muerte y querían abrir las puertas” de la camioneta en que circulaba, dijo el ex ministro de Gobierno santacruceño.
El ex funcionario aseguró que empezó “a avanzar con la mayor precaución posible” entre la multitud que participaba de una marcha organizada por la Mesa de Unidad Sindical local. “Era imposible que la gente se calme. Traté de avanzar con la mayor precaución posible. Estaba en riesgo mi vida y la de quienes me acompañaban. Cuando vi que estaba despejado, avancé”, se justificó el ex ministro de Gobierno santacruceño.
Más temprano, fuentes del kirchnerismo habían dicho que “en realidad, el incidente fue al revés” de lo que denuncian los manifestantes embestidos. “Hablamos con Varizat y nos dijo que “tenía miedo de que lo maten, por lo que se asustó y trató de escapar”. l
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