En foco. Semana negra para los mercados

Todo lo sólido se desvanece en el aire. La segunda crisis financiera mundial del nuevo milenio vuelve a tener como epicentro a EEUU, que tras la pinchadura de la burbuja especulativa de las puntocom a comienzos de siglo provocó que continuidad de la creciente liquidez se concentrara en el mercado inmobiliario del país del Norte. Un castillo de naipes que comenzó a derrumbarse y sus efectos globales se sientan con mayor intensidad en países emergentes como Argentina y Brasil, primero en el terreno bursátil pero los especialistas temen que sus coletazos comiencen a notarse en la economía real. Y pone otra vez bajo la lupa el accionar de las evaluadoras de riesgo.

¿Será el fin del “viento de cola” para la economía argentina? Si bien el contexto es diferente al de 2001 para el país: reservas por más de 40 mil millones, un crecimiento del PBI por encima del 8% y un desempleo menor a un dígito, existen algunas señales sobre el posible impacto.

El real se devaluó hasta los 2,14 por dólar después de llegar a apreciarse por debajo de dos semanas atrás, que le devuelve competitividad a los productos brasileños al tiempo que reduce las ventajas de los industriales locales para exportar al país vecino.

El freno puesto el jueves por Venezuela y Brasil a la colocación de bonos expone las dificultades para acceder al mercado de deuda internacional, cuestión clave a partir de 2008 debido a los vencimientos que tendrá que afrontar el futuro gobierno.

El retroceso de los precios de los comodities, principal alimento de divisas para el gobierno, debido a un desacelaramiento de la demanda de países como China, que verían su crecimiento económico afectado por una reducción de las exportaciones de productos al Primer Mundo.

La contracara de un menor crecimiento, si el gobierno contiene al dólar y una potencial invasión de productos brasileños y chinos (ya adoptó medidas en este sentido), sería la reducción de la presión inflacionaria, mediante un reacomodamiento de los precios a la nueva coyuntura.