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martes,
14 de
agosto de
2007 |
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Charlas en el Cafe del Bajo
—Nos ha escrito una extensa carta el doctor Sergio Garfinkel, médico psiquiatra, sobre algo que le ocurrió a su madre hace unos días atrás. La madre de este profesional, que además es profesor de expresión corporal y actor, tuvo en su momento un infarto cerebral y ha quedado discapacitada y en silla de ruedas. Sin embargo, esta mujer (lo digo de paso) es un ejemplo, porque ha luchado y lo sigue haciendo infatigablemente. En su momento nos envió, lo recuerdo muy bien, un escrito suyo. Pero he aquí que hace unos días se incendió un departamento en el piso de debajo de donde ella vive. Como consecuencia, se debió evacuar el edificio.
—Una situación complicada.
—El médico estaba en su casa, con fiebre y en cama. Afortunadamente, se encontraba en Rosario otra hija de la señora que acudió de inmediato. Pero fíjense ustedes lo que cuenta Garfinkel: “Mi madre en sillas de ruedas estuvo por alrededor de tres horas en el palier del edificio de enfrente, y ni Ecco, ni Urgencias, ni el servicio de ambulancias de la Municipalidad quisieron trasladarla a un lugar para su adecuada protección y más por el frío que hacía ese día. Llamé a varias ambulancias privadas y tampoco tuve respuestas”.
—Aclárese nuevamente que estamos hablando de una mujer de edad, con precedentes de infarto cerebral y en silla de ruedas. La hermana del médico, periodista que se encontraba de visita en la ciudad, pues reside en Nueva Orleans, Estados Unidos de Norteamérica, al menos quería trasladarla al hotel donde estaba parando.
—Seguro que estas cosas allá no suceden. Pero siga.
—Dice el médico: “Bueno difícil de entender esto de la negación del traslado como excepción por ser una mujer discapacitada y en sillas de ruedas con 86 años”. Claro, después el profesional reflexiona sobre qué ocurriría en un hecho similar, pero con más pacientes discapacitados, “no existiendo un sistema concertado de urgencias en el traslado de pacientes discapacitados por accidentes como en este caso, un incendio de un edificio”. Después el doctor Garfinkel señala algo que era de esperarse: “Lindo ejemplo, a la vez, para mi hermana que vive en Nueva Orleans y que luchó junto con muchas compañeras, ciudadanas en la reconstrucción de la ciudad por el Katrina, y sus hijos médicos, y ve que aquí no tuvieron ninguna respuesta de parte de instituciones hasta municipales de la ciudad ante el simple hecho de un pedido de traslado de una madre hemipléjica de 86 años ante tal situación y accidente”. Y finaliza el médico: “¡La gente pobre se muere, estimado amigo, en estas condiciones! Es mi conclusión. Te agradezco si lees y querés publicar algo de esto que te relaté”.
—Sin palabras. ¿Cuánto demoraba una ambulancia en trasladar a esta mujer? 15 minutos. ¿Qué esfuerzo demandaba? Sólo un corazón solidario.
—Esta es la parte de la sociedad individualista, burocrática, indiferente que tenemos. Afortunadamente hay otra parte, pero de lo que no estoy muy seguro es de si en estos tiempos es la más grande.
Candi II
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¿Cree que la intervención judicial resolverá el problema institucional de Rosario Central?
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"Hay dirigentes docentes que son candidatos a legislador. No sea cosa que estén queriendo embarrar la cancha a veinte días de las elecciones".
Jorge Obeid
Gobernador de Santa Fe
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