Chicos que escribieron cuentos para llevar un libro en la mochila

Alumnos de la Escuela Nº 1.367 presentarán un texto con relatos y poemas producidos en talleres

Matías Loja / La Capital

Altos índices de deserción, repitencia y problemas de aprendizaje son parte del flagelo cotidiano de muchas escuelas. Frente a ello, existen instituciones educativas que desarrollan diversos proyectos para revertir, al menos en parte, esa triste realidad.

Tal es el caso de la Escuela Nº 1.367 Raúl Domínguez, quien desde el 2005 cuenta con una propuesta para incluir nuevamente en sus aulas a aquellos chicos que, por diversos motivos, dejaron la escuela. Pero también para acompañar el proceso de alfabetización de los denominados “repetidores crónicos”.

Así, la escuela que congrega a chicos de los barrios Plata, Nuestra Señora del Rosario y Villa La Cariñosa, desarrolla un proyecto institucional de integración socioeducativa destinado a responder a las necesidades de los niños y adolescentes con estas problemáticas.

En este espacio es donde se gestó “Cuentos de la gorra”, un libro que se presentará en octubre próximo y que refleja en sus páginas escritos y dibujos de los chicos de los distintos años de la zona sudoeste de Rosario. Como lo hacen los poemas y coplas que escribieron Héctor Reinoso y Juan Manuel Arias, de 6º y 7º años respectivamente; o las descripciones de paisajes y bosques de Joselyn y Alan, de los primeros años de la escuela.

“Los cuentos, fábulas y poesías de los chicos surgen del trabajo concreto de los talleres de escritura, en articulación con las áreas especiales de plástica y música. La idea era habilitarles la palabra para que pudieran escribir, hablar, escuchar y crear a través de distintas consignas”, describe Ivana Martínez, una de las docentes responsables del proyecto. Iniciativa a la que se sumaron María del Cármen Mature, Laura Bielkiewicz, María Julia Escobedo, Sonia Galetto y Andrea Ortíz, además de la directora de la institución María Lucarini.

Una de las claves del éxito de “Cuentos de la gorra”, que se encuentra en proceso de impresión gracias a aportes del Fondo de Asistencia Educativa (FAE), consiste en partir de las inquietudes de los chicos, que a través de sus textos, reflejan hasta sus propias formas de conversación. Tal es el caso del diccionario —incluido en el libro de cuentos— referido a las expresiones de la jerga de los pibes. O las descripciones, sobre la base de tangos conocidos, de los tres barrios de la zona.

“En general son chicos con muchas dificultades en el proceso de alfabetización, y les gustó la idea de armar este libro porque estaba presente lo lúdico y la literatura infantil”, apunta María Julia Escobedo, del área de música.

Asimismo, los educadores de la Escuela Raúl Domínguez señalan que trabajan de manera conjunta con los miembros del Centro Cultural, Recreativo y Deportivo “La Cinchada”, una ONG barrial con la que comparten un taller de cocina que sirve también para trabajar el proceso de lectoescritura de los alumnos, que escriben las recetas tras haberlas aprendido.

“La idea es partir de las cosas que a ellos les gusta, que estén incentivados para trabajar esas dificultades de aprendizaje”, comenta la directora Lucarini, para quien el objetivo de los talleres es poder ayudar a los chicos para que no dejen las aulas. Aunque se lamenta que “cada vez son más”.

Es que pese al esfuerzo y las distintas alternativas de abordaje, Ivana Martínez apunta que los chicos “están en otra sintonía, han venido y hemos tratado de sostenerlos, pero hay muchos casos que son inabordables desde la escuela, porque lamentablemente la escuela ya no les significa un lugar posible dónde estar”.

Los aluamnos de la escuela de zona sur, junto al mural que ilustra la tapa de "Cuentos de la Gorra".