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martes,
07 de
agosto de
2007 |
El Indec informó una inflación de 0,5% en julio y profundizó su crisis
El acumulado de siete meses es de 4,4%, menos de la mitad que el índice mayorista
Inmune a las críticas, el gobierno aseguró ayer que la inflación de julio fue de apenas el 0,5%, con lo cual acumula 4,4% en los primeros siete meses del año. Esas cifras no sólo no guardan relación con los sondeos extraoficiales o la percepción general de los consumidores, sino que están muy por debajo del resto de las mediciones de precios que realiza el propio Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Por ejemplo, el índice de precios mayorista acumula un aumento del 9,5% en lo que va del año y el de la construcción (14,1%). El costo de vida en las provincias, registró subas de entre 6,5% y 11,2% en los primeros seis meses (el índice de julio se conocerá a fin de mes).
Contra lo que se especulaba en algunos medios, los técnicos puestos en el organismo por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, no avanzaron en julio con un sinceramiento de las variables que mide el Indice de Precios al Consumidor (IPC) tradicional, un indicador elaborado en base a un relevamiento de los precios en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, que hasta hace unos meses se utilizaba como referencia inflacionaria para todo el país.
El IPC tradicional fue intervenido de hecho en enero pasado, y fue perdiendo credibilidad aceleradamente, en medio de un escándalo que derivó en la renuncia de casi una decena de funcionarios de línea y originó una investigación judicial. Su inutilidad técnica no sólo afecta otras mediciones, como las de pobreza, o negocios financieros como la cotización de los bonos ajustados por CER, sino que además conspira contra los intereses del propio gobierno al no poder anclar las expectativas inflacionarias. Es lo que pasó con la demora en cerrar las paritarias.
Alerta provincias. De hecho, economistas opositores advirtieron ayer que la inflación anual podría ubicarse cerca del 20%. Cifra para nada descabellada teniendo en cuenta que el IPC Nacional, que no esté intervenido y mide la inflación en siete provincias, arrojó para Mendoza un 11,2% en los seis primeros meses del año. La defección del índice tradicional convirtió a la inflación de las provincias en el indicador oficial más creíble, y por eso ahora temen que las huestes de Moreno sobre esa medición.
En medio de este infierno estadístico, se especulaba que la llegada de Miguel Peirano al Ministerio de Economía incluiría una estrategia para sincerar los números de la inflación. De hecho, Felisa Miceli había puesto en marcha un plan para elaborar un nuevo IPC, en base a la Encuesta Permanente de Hogares de 2004 / 2005.
Pero en la difusión de ayer no hubo señales de cambio. Es más, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández se quejó porque “parece que hay mucha gente interesada en que se vea una mayor inflación”.
Según el IPC tradicional, la suba de los precios minoristas en julio estuvo alentada por el alza del 2,2% en los precios de la educación. El nivel de subas minoristas estuvo muy por debajo de la registrada en el sector mayorista. El caso más significativo es el de los precios de los alimentos y bebidas, que al por mayor subieron 1,6% durante julio y al por menor 0,4%. Si bien durante las últimas semanas diversas asociaciones de consumidores salieron a advertir fuertes ajustes en los valores de frutas y verduras, a causa de frío que afectó a gran parte del país, el Indec apenas lo reflejó.
Para el Indec, la canasta básica alimentaria, que mide la línea de indigencia, y la canasta básica total, que mide la línea de pobreza, subieron 0,7%, quedando en 432 pesos y 929 pesos respectivamente.
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Las góndolas cantan precios de alimentos que el Indice de Precios al Consumidor tradicional no refleja. Según algunos economistas, la inflación del año se ubicaría alrededor del 20%.
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