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 domingo, 05 de agosto de 2007  
“Hay que tener muchas fuentes, y evaluar”
La génesis de la información, una trastienda problemática del periodismo

La relación con las fuentes es un tema básico en el trabajo de los periodistas. Algunos de los columnistas entrevistados para “Noticias del poder” revelaron un estilo distante del poder, “con una vez al año que vea al presidente, me alcanza”, explica José María Pasquini Durán. En esa línea, el periodista Oscar Cardoso le revela a Halperín su reserva en cuanto a establecer una relación estrecha. “Para mí es muy peligroso el contacto —dice—. En 1983 seguí la campaña de Luder, empecé teniendo grandes diferencias con el candidato, pero luego, con el paso de los días, me terminé encariñando y deseando su triunfo”.

—¿Cómo definirías una relación sana con la fuente?

—Como una relación no demasiado frecuente, e incluida en una red de contactos. En la actualidad la gran debilidad del periodismo político es que trabaja con una sola fuente. Hablan con uno, y luego escriben. Y de ese modo la fuente te orienta y al no haber chequeo de la información, el resultado es malo. No se trata de tener contacto privilegiado con una fuente, sino de contar con diversidad de fuentes, y capacidad de evaluación.

—¿Y cuando hay una fuente determinante para tener la información?

—Es que la monofuente privilegiada puede trabajar para operarte en el sentido de convertirse en fuente única. Te dicen “yo te doy la posta”, y te sugieren que cualquier otra fuente está errada. Fue el caso del juez Galeano con un periodista que seguía el caso Amia. Cuando el periodista cotejaba otras fuentes, y lo dejaba entrever en sus artículos, luego Galeano no le contestaba el teléfono.



Mmemoria del presente

Tras varias entrevistas indagando sobre el ciclo de De la Rúa, Halperín plantea que el ex presidente tenía —al menos hasta que llegó a la presidencia— un nivel político medio, no brillante pero tampoco inferior al de, por caso, Raúl Alfonsín. En sus buenos tiempos —cuando fue jefe de Gobierno de Buenos Aires— se lo consideró un tiempista. Sabía sacarse problemas de encima, sin sufrir demasiado desgaste. “Pero se cargó toda la crisis de la caída del régimen de la convertibilidad y se convirtió en un tarado. ¿Quién hubiera soportado la caída de la convertibilidad? En determinada situación da un personaje insolvente. A medida que la crisis se agudizó, y él no daba respuesta, empezó a desarrollar un autismo que lo llevó al desastre y la caída”, explica.

De las entrevistas con que Jorge Halperín construyó la apasionante indagación sobre el periodismo político en “Noticias del poder” hubo una que recuerda especialmente: la que le hizo a Rodolfo Terragno. “ Es una persona a la que admiré y soñé con parecerme profesionalmente —aunque no como político—, creo que fue el mejor periodista argentino de toda una época”, define.

Terragno logró sobresalir con su revista mensual Cuestionario, en un tiempo donde las publicaciones políticas proliferaban. “Cuestionario publicó tres meses antes del golpe del 76 una tapa con el título «Con la cruz y la espada, se viene una guerra santa». Anticipó una lectura del golpe, y su crueldad bendecida por la Iglesia Católica”.

Halperín indagó a Terragno sobre el método que usaba para construir sus columnas en los tiempos de redactor político: “Lo primero que hacía era evitar la lectura de los diarios”, reveló el ahora senador nacional radical independiente. “No quería que me instalen la agenda”, explicó, luego, el ahora político.

Otra entrevista imperdible fue la que aceptó hacer, y de buena gana, el ex ministro del Interior de Carlos Menem, Carlos Corach. Entre otras sabrosas intimidades del poder, Corach —que tomó relevancia por recibir todas las mañanas a una legión de movileros en la puerta de su casa— desmintió que haya tenido mala relación con los periodistas, como algunos suponen: “Cuando terminé mis funciones como ministro, los periodistas me hicieron una despedida y me agasajaron con mariachis y con putas”, reveló el inefable ex ministro.


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