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miércoles,
01 de
agosto de
2007 |
Indiferencia y resignación ante el aniversario
La Habana.— El 31 de julio de 2006, en el informativo de la noche, la televisión cubana dio la noticia que muchos creyeron que cambiaría a la isla para siempre: en una “proclama”, Fidel Castro anunciaba que delegaba sus poderes de manera “provisional” para recuperarse de una operación. Al día siguiente, el diario oficial Granma publicaba la noticia a toda página en tapa, y los cubanos se preguntaban, asustados y sorprendidos, qué pasaría sin el “comandante” que gobernó durante casi medio siglo.
Un año después, la portada del Granma la ocupa su hermano Raúl, el gobernante interino durante estos 12 meses y, por el momento, sin visos de que acabe su mandato provisional. Fidel volvió a publicar unas “reflexiones”, pero éstas pasaron a la página siete, de ocho que tiene el diario.
“Ya lo desmayaron (olvidaron)”, dice Milena, un ama de casa de La Habana. “Lo que les preocupa a los cubanos es qué llevar a la mesa cada día”, agregó. “La gente ni se acuerda (de la proclama), nadie habla de eso por la calle”, coincide Regla, una empleada doméstica. “El año pasado sí, porque entonces muchos decían que había muerto”, aclaró.
“Nada cambió”. En el Malecón, el paseo marítimo de más de seis kilómetros que recorre La Habana, el tema Fidel Castro tampoco figura entre los tópicos. “¿Hace un año? ¿Qué pasó hace un año? Ah, eso. Pero no ha cambiado nada, todo sigue igual”, responden unos jóvenes que, al igual que el año pasado, siguen pasando las horas muertas apoyados en el malecón, “porque no hay dinero para hacer otra cosa”, dicen resignados.
De todas formas, a Milena, al igual que a otros muchos cubanos, incluidos algunos miembros de la disidencia, el discurso crítico que pronunció la semana pasada Raúl Castro, en el que anunció “cambios estructurales” y reconoció problemas en la economía y productividad en la isla, le dio “esperanzas” de cambios. Sin embargo, considera que mientras Fidel siga nominalmente al frente, “la cosa” no podrá “moverse” mucho. “A lo mejor Raúl tiene sus ideas, pero por respeto a él (Fidel) no lo va a hacer, y él está ahí, está maquinando”, asegura.
Jorge, un jubilado que vende diarios porque dice que la pensión no le llega, es mucho menos optimista. “¿Cambios? No me hagas reír. ¿Cuántos años de revolución llevamos? ¿Y cuántas mejoras ha habido?”, preguntó.
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