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 miércoles, 01 de agosto de 2007  
Raúl Castro cumple un año en el poder sin reformas a la vista
El hermano de Fidel encaró pequeños cambios, pero no alcanzaron a mejorar la economía

La Habana.— Raúl Castro cumplió ayer un año al frente de Cuba, enfrentado al reto de sostener el sistema socialista que heredó de su hermano Fidel. El presidente interino logró en principio esta consigna, manteniendo la estabilidad y la seguridad nacional, pero todavía no pudo plasmar las reformas que muchos cubanos esperaban para ver mejorar su deteriorada calidad de vida.

El principal logro del hombre al que la administración del presidente George W. Bush apodó “pequeño Fidel”, fue conjurar la tesis de Washington y los exiliados cubanos de Miami de que el sistema socialista cubano se derrumbaría sin Fidel Castro. Sin embargo, en las calles de Cuba, algunos no esconden su decepción porque el más pragmático de los hermanos Castro no haya hecho más por mejorar una de las economías más centralizadas del mundo.

“Está actuando más lentamente de lo que esperábamos, pero no tengo dudas de que habrán medidas sustanciales antes de fin de año”, dijo un economista cubano que integra un grupo creado para analizar las relaciones del sistema de propiedad socialista.

Desde que su hermano enfermó y se apartó del poder el 31 de julio pasado tras una cirugía intestinal de emergencia, Raúl ha hecho pequeños cambios en el sistema estatal: saldó deudas acumuladas con los agricultores, aumentó el pago por sus cosechas, levantó restricciones aduaneras para el ingreso al país de algunos electrodomésticos como reproductores de DVD y hasta de partes de automóvil, y alentó a la prensa oficial a criticar algunos casos de ineficiencia burocrática y robo.

Propuestas “audaces”.
Raúl sondeó recientemente a empresarios y economistas, urgiéndolos a ser audaces en sus propuestas para mejorar el rendimiento de la economía cubana. Las quejas sobre los salarios y los precios fijados por el Estado, las fuertes regulaciones, el deficiente transporte y el estado ruinoso de las viviendas son constantes en las calles de Cuba y dentro de los hogares, al igual que desde hace años.

Ultimamente circulan rumores de que Raúl permitirá más pequeños emprendimientos, liberalizará la venta de teléfonos celulares, abrirá los hoteles a los cubanos, permitirá que la gente compre y venda casas y autos, y entregará tierras del Estado a los agricultores.

“Mi impresión es que por deferencia y respeto a Fidel, y para administrar las expectativas populares sobre lo que no puede hacer, Raúl no presionará mucho por reformas agresivas”, dijo Julia Sweig, una experta en Cuba del Council on Foreing Relations en Washington. “Nada ocurrirá demasiado rápido”, añadió.

Los editoriales publicados en los últimos meses por Fidel Castro en la prensa estatal indican que la figura emblemática— que cumplirá 81 años este mes— ha recuperado su influencia política, aunque lleve un año sin aparecer en público. Sin embargo, especialistas en Cuba no tienen dudas sobre quién gobierna el país, aunque Fidel continúe siendo el presidente del Consejo de Estado.

“Me alegra que Fidel esté mejorando, pero estoy más interesado en el nuevo líder, que es más activo”, dijo un asesor ministerial. De hecho, los hombres de Raúl Castro han sido más visibles el año pasado que el famoso “equipo” de asesores de Fidel, imponiendo un estilo más pragmático a la burocracia, según numerosas fuentes.

A la espera.
“Raúl usa los mecanismos existentes, exigiendo que la gente trabaje y, de lo contrario, los sustituye”, afirmó Manuel, un militante comunista de La Habana. “Es significativo que Raúl, no Fidel, haya firmado en julio un decreto convocando a elecciones generales que resultarán en un nuevo presidente del Consejo de Estado y quizás presidente a comienzos del próximo año”, dijo un intelectual que pidió no ser identificado.

La administración Bush, por su parte, no está contenta con la continuidad política en la isla caribeña. El Departamento de Estado consideró ayer que Cuba es el país con el peor saldo “en libertad religiosa y derechos humanos”, así como en la lucha contra “el terrorismo y actividades negativas en todo el mundo en los últimos 50 años”, según afirmó su portavoz adjunto, Tom Casey.
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En La Habana, un cubano mantiene en la fachada de su humilde casa los retratos de los hermanos Castro. La gente solamente espera cambios que mejoren los salarios, el transporte y la vivienda.

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