|
sábado,
28 de
julio de
2007 |
Cubanos venden todo en la Villa Panamericana
Carolina Frossard
Río de Janeiro.- La delegación cubana dejará Río de Janeiro entre mañana y el lunes en dos vuelos “charter”, y antes de regresar a su tierra algunos de sus integrantes se apresuran a ingresar dólares a su bolsillo. Y el mejor método para hacerlo es vendiendo algunas de sus prendas. El uniforme deportivo cubano es codiciado por amantes del deporte en todo el mundo, no en vano la isla es una de las potencias mundiales en disciplinas como el atletismo, boxeo, remo, pesas, lucha, vóleibol, canotaje o gimnasia. Algunos atletas se aprovechan de eso, y ofrecen al mejor postor camisetas, chaquetas, pantalones o incluso el uniforme completo. “Ya he visto a algunos pedir 100 dólares por el uniforme completo, pero no hay un precio definido, eso varía mucho. Algunos te piden un reproductor mp3”, dijo a dpa una voluntaria de la villa que convivió durante tres semanas con los atletas de la isla. Fidel Castro, el líder del régimen cubano, se quejó hoy de los empresarios alemanes que incitaron a desertar a los boxeadores Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara. “Con todo el dinero del mundo jamás habrían comprado a hombres como (Teófilo) Stevenson, (Félix) Savón o el fallecido Roberto Balado, que tan hermosa tradición legaron a la gloria del boxeo cubano”, argumentó en una de sus “reflexiones” con eje en los Panamericanos. Salvando las distancias con las deserciones, el régimen de La Habana quizás deba reflexionar también acerca de cuán sólido es el amor por los símbolos nacionales que tienen algunos de sus deportistas. Porque el intercambio de indumentaria deportiva es algo habitual cuando se acerca el final de los Juegos. “Tú me das tu camiseta, yo te doy la mía”. Y todos contentos. Pero los cubanos que venden no quieren intercambio, quieren dólares -ni siquiera “todo el dinero del mundo”- o algún aparato electrónico que les está vedado en la isla. Y en busca de ese objetivo venden los uniformes que el estado les da para competir en nombre del país. Un voluntario relató a dpa como entregó un reproductor de DVD a cambio de un uniforme cubano. Su novia también quería uno, y lo cambió por un aparato para alisar el vabello. ¿Y cómo se llega a comprar un uniforme cubano? No están abiertamente a la venta, todo es a través de contactos, de miradas, de guiños, de discreción. “No es fácil comprarles un uniforme a los cubanos. No hay nada abierto, uno tiene que contactarlos. Mi jefe logró un equipo deportivo por 140 o 160 reales (entre 70 y 80 dólares)”, dijo una joven que trabaja en la villa, en la que hasta mañana podrán encontrarse oportunidades imposibles de conseguir en el lujoso y cercano “Barra Shopping”, el centro comercial más grande de América Latina. (DPA)
enviar nota por e-mail
|
|
|