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sábado,
28 de
julio de
2007 |
Scarabino no fue al juzgado y su continuidad estaría en juego
La dirigencia canalla acaba de concretar la mejor venta de la historia auriazul con Angel Di María a Benfica pero continúa rindiendo cuentas en el juzgado que ordenó la intervención administrativa del club. Claro que no lo hizo ayer, puesto que el presidente Pablo Scarabino faltó a la cita ordenada por la jueza Liliana Giorgetti para que explique los préstamos tomados el año pasado por un valor de 7 millones de dólares, y otros dos reclamos que suman 1 millón más. La semana próxima habría una audiencia y fuentes tribunalicias le aseguraron a Ovacion que su continuidad dependerá de que sus argumentos sean convincentes, aunque allegados al titular canalla confiaron en que no hay nada que ocultar.
A la hora que debía comparecer ante la jueza Giorgetti, Scarabino habló desde Buenos Aires en Radio Dos y dijo no recordar específicamente los préstamos que firmó el año pasado, junto al ex tesorero Marcelo Gastaldi y el ex secretario Gonzalo Estévez, y que en total ascienden a cerca de 7 millones de dólares, más otros reclamos (ver aparte). “Puede que sea verdad, se han firmado tantos para salvar a Central”, dijo.
Y también negó haber recibido la célula judicial que lo citaba para las 11 de ayer en el Juzgado en lo Civil y Comercial número 8. El titular canalla estaba en Buenos Aires cerrando la venta de Di María y en realidad el documento llegó a la sede del club el jueves por la tarde. De acuerdo al código procesal, Scarabino no violó la ley porque por más que la citación tuvo carácter de urgente, debe hacerse con tres días de anticipación.
Fuentes del juzgado le aseguraron a Ovacion que su ausencia no fue bien recibida por la magistrada, al tiempo que sostuvieron que “la continuidad de Scarabino al frente del club depende de la explicación de esos empréstitos”. Y fueron más allá: “No por nada no fue al juzgado, sino lo mejor para él hubiera sido regresar de Buenos Aires y explicar todo antes que esto se hiciera una bola”.
La explicación de allegados directos a Scarabino fue opuesta. “No se hizo nada malo. Todo el mundo sabía lo que estaba haciendo Scarabino en Buenos Aires y cuando se fije la nueva audiencia no va a tener problemas en explicar los préstamos, que están debidamente registrados”.
En lugar del presidente, ayer se presentó entonces en el juzgado el abogado canalla Fabio Mestres, con un escrito describiendo esa situación. Como contrapartida, algunos directivos removidos sí fueron a tribunales en forma espontánea, ya que consideraron que tenían directa relación con el pedido de explicación que buscaba la jueza, quien no los atendió.
En este punto, esta misma fuente remarcó que “de ninguna manera este caso es igual al que decidió la remoción de varios ex directivos, porque ellos inflaron una deuda, que es precisamente uno de los préstamos que ahora se cuestionan”, que sería el celebrado con una empresa por 1.127.657 dólares, que “luego llevaron a más de cuatro millones y además se cedió a Raldes, más porcentajes de futuras transferencias”.
Lo que ocurrió ayer pronto se transformará en anécdota, ya que tarde o temprano Scarabino irá a los tribunales para explicar que los préstamos, según sus allegados, “fueron tomados para hacer frente a las obligaciones y reforzar el equipo. La sindicatura sabe perfectamente que en un club concursado y con un déficit operativo de 800.000 pesos, hay que recurrir a ayuda externa. Y el año pasado sabía, por ejemplo, que las grandes figuras que llegaron, como el Kily González y Wanchope, costaban dinero”.
De todas formas, en el juzgado sostienen que no todos los préstamos estarían debidamente acreditados en la contabilidad del club, además de que no pidieron autorización para eso, y serán algunas de las consultas para Scarabino. El titular canalla siempre remarcó la tranquilidad que le daba el accionar de la jueza Liliana Giorgetti, la misma que ahora, sin dudas, lo puso en la mira.
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Scarabino vendió a Di María pero no está tranquilo.
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