América latina y el Caribe, la región más violenta del planeta

La tasa de homicidios es tres veces el promedio mundial. Advertencia de especialistas

La región de América latina y el Caribe es la más violenta del mundo con una tasa de homicidios tres veces superior al promedio mundial, con más de 150.000 muertes violentas al año, según afirmó ayer el subsecretario de seguridad multidimensional de la OEA, Alexandre Addor Neto.

   El especialista formuló tales apreciaciones y otras en la primera reunión del grupo técnico sobre crimen organizado transnacional que se realizó en la ciudad de México.

   La magnitud del fenómeno es tal que, sostuvo el especialista, bien puede asimilarse a un estado de “guerra civil”.

   Destacó que otros indicadores muestran que los delitos no denunciados oscilan entre el 40 y el 70 por ciento en diversos países, lo que demuestra desconfianza de la población a la policía.

   Agregó que aunque no todos los hechos violentos son originados por el crimen organizado, éste fenómeno funciona como un multiplicador.

   Addor Neto indicó que las mafias tienen diversas formas de operar como el tráfico de drogas, de armas y de personas, los secuestros y las bandas, y otras modalidades tradicionales como la prostitución y el juego ilegal.

   El representante de la OEA indicó que se requiere de una visión global sobre la seguridad de modo que se considere las nuevas amenazas generadas por las condiciones económicas, sociales, políticas y de salud pública que afectan la seguridad en la vida diaria.

   En el encuentro, que se realizó en la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores de la Cancillería mexicana y al cual asistieron representantes de 34 países, el funcionario indicó que “el delito transnacional es hoy uno de los componentes esenciales del problema de seguridad, que preocupa a todos en el hemisferio”.

   Un indicio de esta preocupación general es el hecho de que en los países latinoamericanos las encuestas sobre seguridad pública y desempleo son las más requeridas.

   La magnitud del problema, recalcó, se refleja en estadísticas, las cuales indican “una tasa tres veces superior al promedio mundial, con más de 150 mil muertes violentas al año”, reiteró.



El costado social. En ese marco exhortó a los países integrantes del organismo a que cooperen de manera coordinada para combatir el crimen organizado, y añadió que este esfuerzo requiere la participación de la ciudadanía, así como impulsar el desarrollo social.

   Consideró que es verdad que la violencia sufrida por las poblaciones no proviene siempre de las organizaciones delictivas, pero aseguró que el crimen organizado funciona como un multiplicador de otras formas de violencia y el crimen, pues estimula una psicología del culto a la violencia como forma de alcanzar rápidamente ciertos objetivos y también una certeza en la impunidad de los actos criminales.

   “Sobre todo para poblaciones jóvenes y sin horizonte claro de progreso, las organizaciones delictivas ofrecen alternativas aparentemente atractivas en el corto plazo”, señaló el funcionario de la OEA.

   Indicó que son claros los efectos de destrucción de la cohesión social provocados por el crimen organizado, en sus diversas formas: el tráfico de drogas, de armas, de personas, los secuestros y las pandillas, además de formas tradicionales como la prostitución y el juego ilegal. (Reuters, AP y Télam)

Los alcances del crimen organizado han sumido a la región en una especie de “guerra civil”.