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sábado,
28 de
julio de
2007 |
¿Quién se llevó mi auto?
En base a mis ahorros decidí comprar un automóvil Volkswagen, pagando la mitad en efectivo y el resto en cuotas mediante un crédito prendario. Mi situación financiera como la de muchos ahorristas de los años 2002 y 2003 se complicó lo suficiente para quedarme sin ingresos, lo cual hizo que me atrase en el pago de dicha unidad. La empresa que me financia la compra, Volkswagen Financiera, decide realizar el reclamo de la deuda, que no pude asumir y por lo tanto el juez interviniente decide dar mandamiento al oficial de justicia Jorge Bracco, miembro de la tercera circunscripción con sede en Venado Tuerto, para que ejecute el secuestro de la unidad. Hasta allí, una historia común; pero desde hace unos meses comienza otra increíble historia. Intuyendo que algo raro había en todo esto, decido buscar la información correspondiente en el Registro Nacional del Automotor y, vaya sorpresa, la unidad todavía figura a nombre mío, después de seis años de haberse ejecutado la orden judicial de despojo del bien. Pero allí no termina el asunto, lo más increíble es que justamente quien me secuestrara el auto en nombre de la Justicia, léase oficial de justicia Jorge Bracco, es quien quiere que yo firme el formulario 08 de esa unidad, algo que la Justicia dispuso que no era más mío. Pero para mayor sorpresa, cuando profundizo en la recolección de evidencias me encuentro que la unidad fue rematada días después del despojo. Y pasando de sorpresa en sorpresa, el rematador interviniente de la ciudad de Rosario, Osmar Isdal Benítez, se lo remata a su propia esposa. Decido contactarme con personal relacionado a Volkswagen Financiera y me informan que el secuestro de mi unidad figura como acto fallido o frustrado, es decir que no se pudo concretar. ¿Cuántos vivieron la misma situación y hoy desconocen la responsabilidad que les podría caber ante un siniestro de la unidad? Hace pocos días tomé la decisión de dar a conocer la crítica situación vivida sin saber a lo que me habían expuesto la Justicia y la empresa tras el secuestro del automóvil. Quien tenga alguna idea sobre derechos civiles sabrá muy bien a lo que me expusieron. Pero parece que ese auto sigue persiguiéndome con su maldición. Ahora, cuando una fiscal tomó en sus manos el caso para iniciar las acciones correspondientes, mi vida se ve entorpecida con una gran cantidad de llamados intimidatorios y amenazantes. No sé quiénes son, pero sí sé que las amenazas no sólo son hacia mí, sino también a mi familia. Algo que tengo decidido no aceptar, ni soportar. Creo que ya pasaron esos días de terrorismo impune. Por ello hago pública una denuncia sobre este nuevo apremio al que me veo sujeto, más allá de la intervención de mi teléfono que solicité a la Justicia. Ahora tengo seguridad de estar cubierto de las amenazas, pero igual sigo molesto, porque habrá gente que se enterará de quién me llama y de qué hablo. Dejo en claro que si algo me ocurriera, hago responsables a los involucrados en esta situación. No voy a vivir escondiéndome como si debiera dar explicaciones y no ser quien las pide. Ahora pregunto: ¿Volkswagen Financiera, con quien me comuniqué inmediatamente, no debería hacerse cargo de sus responsabilidades y de sus errores para salvaguardar mi responsabilidad civil?
Miguel Angel Gace
DNI 14.048.996
[email protected]
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