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miércoles,
11 de
julio de
2007 |
Opinión
Verdades y mentiras de las renuncias
Domingo Celsi / Ovación
Las masivas renuncias a las convocatorias al seleccionado argentino, han dejado demasiada tela para cortar en los últimos días, y no son pocos —Ginóbili incluido— quienes no tuvieron empacho en castigar a algunos de los que prefirieron bajarse en lugar de defender la casaca argentina, nada menos que en los Juegos Panamericanos y el Preolímpico.
Lo cierto y más allá de opiniones individuales, es que hay casos en los que las renuncias llegaron con anticipación e incluso hasta pueden ser justificadas, pero hay otras que ni siquiera se pueden entender, ni en aquellos que han tenido una buena temporada o que demostraron haberse ganado el derecho a vestir la blanquiceleste.
En algunos casos, la negativa se debió al cansancio lógico de una temporada muy exigente y a las presiones de aquellos que pagan fortunas para tener a estos jugadores en sus equipos. Discutible o no, es es una postura que se puede llegar a comprender, pero la de aquellos que avisan a último momento o que aducen una mudanza es imperdonable, o la de los que no dicen que en realidad no se llevan bien con Sergio Hernández.
Lo cierto es que a esta hora parece que hay algunos que no se dieron cuenta de que al básquetbol argentino le llevó mucho tiempo obtener un lugar de privilegio en la consideración mundial y que no tienen interés en que se mantenga.
Los Panamericanos están a la vuelta de la esquina y para el Preolímpico —el gran objetivo— falta poco más de un mes, ojalá que aquellos que decidieron poner por delante a la selección puedan conseguir buenos resultados, porque tal vez esto sirva para llamar a la reflexión a los que prefirieron quedarse en casa. l
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Domingo Celsi.
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