Editorial

El sueño de la industria

La agenda informativa suele estar vinculada de modo ineludible y visceral a la coyuntura. Los medios audiovisuales, sobre todo, hacen un culto de la instantaneidad, que en muchas ocasiones posterga o relativiza los hechos más trascendentes en función del supuesto mayor poder de seducción de las noticias más frívolas. La semana que pasó ha dejado, sin embargo, más allá de las tapas y los títulos, y de los avatares siempre cambiantes de la política, una información altamente significativa dentro del que para la Argentina es uno de los más cruciales terrenos, el económico.

Para un país que acaba de sufrir la más grave crisis de su historia y que intenta recobrar su perdido perfil productivo, el anuncio de que la compañía automotriz General Motors desembolsará 350 millones de dólares para fabricar un nuevo modelo en la planta de Alvear no puede sino ser contemplado con la más ancha de las sonrisas. A tal punto se valora la inversión que efectuaría la empresa multinacional que se asegura que la oficialización sería realizada en el marco de un acto que contaría con la presencia del presidente Kirchner y su esposa y candidata a sucederlo, Cristina Fernández. Y es que pese a la innegable recuperación que se vislumbra, apenas puede hablarse de primeros pasos si a lo que se aspira es a un crecimiento sólido y sustentable. La severa crisis energética que se padece por estos días debe señalarse como un grave déficit, que conspira con fuerza contra la concreción de las ilusiones industrialistas.

El proyecto del gobierno es valioso. Ojalá que su implementación se realice con la consistencia necesaria.