Año CXXXVII Nº 49527
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
Ovación
Policiales
La Región
Cartas de lectores



suplementos
Economía
Escenario
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 01/07
Mujer 01/07
Economía 01/07
Señales 01/07
Educación 30/06
Salud 27/06
Página Solidaria 27/06
Estilo 16/06

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 08 de julio de 2007  
Viajeros del Tiempo
Rosario 1905/1910

Le metieron la mula y le dejaron la muleta. Es lógico y natural que quien esté privado del precioso don de la libertad trate de obtenerla por todos los medios. Y eso es lo que han hecho ayer los presos Francisco Llanos, condenado por homicidio a seis años de pisión, y Francisco Prado, famoso “scruchante”, que por prescripción médica se hallaban internados en el Hospital de Caridad. El primero se halla atacado de una enfermedad grave y el segundo se curaba de una herida de bala en el talón izquierdo, por lo que debía movilizarse en muletas. Debido a la gran cantidad de detenidos que hay en ese hospital, el servicio de vigilancia está compuesto por una guardia de bomberos integrada por un cabo y tres soldados, pero ayer sólo se encontraba el bombero Lorenzo Perafán, un novato en tales condiciones. Por esto, cuando los evadidos le pidieron de ir al baño éste les dijo que sí, ignorando quizá que debía acompañarlos y dar cuenta al cabo Quinteros, el jefe de la guardia. Poco después de haber salido los presos, el cabo le preguntó a Perafán que dónde estaban, y éste le contestó que los había dejado ir al baño. Quinteros hizo entonces una requisa por todo el establecimiento hasta que comprobó que habían huído por un portón que da a la calle General López, junto al cual se encontraba la muleta que usaba Prado por la herida del talón. Quinteros dió entonces aviso al cuerpo de bomberos y salió a la calle para buscar a los evadidos, pero todo fue inútil. De inmediato, del cuartel de bomberos al hospital se trasladó el 2° jefe, mayor Arévalo, quien procedió a relevar la guardia y envió preso al soldado Perafán, iniciándole un sumario de práctica hasta esclarecer el hecho. No es la primera vez que ocurren estas fugas en los hospitales, lo que demuestra que todavía se está lejos de mantener una vigilancia eficaz para con los presos enfermos en esos establecimientos.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados