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 domingo, 08 de julio de 2007  
La Venezuela d Chávez, muy lejos del socialismo
Prevalecen el consumismo y el mercado negro creado por las distorsiones económicas chavistas

Bernd Debusmann / Reuters

Caracas. — El ambicioso proyecto de Hugo Chávez de implementar el “socialismo del siglo XXI” en Venezuela enfrenta tres grandes obstáculos: el dinero fácil, la corrupción y una creciente clase que se enriquece explotando las distorsiones de la economía.

   Chávez prometió una revolución cuando ganó por primera en 1998. Tras su tercera victoria electoral en diciembre pasado, se comprometió a acelerar la transformación de Venezuela en una sociedad donde el “hombre nuevo” esté libre de urgencias egoístas y se entregue al bien común.



¿Hombre nuevo? Sin embargo, después de ocho años de gobierno, algunos analistas dicen que la idea de crear un “hombre nuevo” y una sociedad sin clases tiene menos chances de triunfar en Venezuela que fallidos intentos anteriores en países como Rusia, Nicaragua y Cuba. “Los venezolanos son individualistas”, aseguró Luis Pedro España, director del Instituto de Investigaciones Científicas y Económicas de la Universidad Católica Andrés Bello, de Caracas. “No se inclinan por el trabajo comunitario. Son muy consumistas, incluso los fieles a Chávez”, afirmó.

   La percepción popular en América latina sobre los venezolanos es que se trata de gente que vive el momento sin preocupaciones, un juicio que genera pocos desmentidos en los bandos de seguidores y opositores al presidente.



Postales venezolanas. Algunas imágenes de la vida en la nación petrolera ilustran el escepticismo sobre el surgimiento del “hombre nuevo”. Parada frente al anuncio de “Se prohíbe la economía informal”, una mujer grita “¡Dólares, dólares, dólares!” y los ofrece al doble de la tasa oficial. Un par de policías, que parecen aburridos, miran. En un conocido hotel del centro de Caracas, un huésped trajeado paga su cuenta con un fajo de billetes tan alto como un ladrillo. En un bullicioso supermercado, las góndolas están repletas de whisky importado, pero no hay carne ni huevos. En un pequeño pueblo de andino, la policía hace sus rondas en un reluciente y nuevo Hummer que apenas cabe en las estrechas calles.

   El mercado negro de divisas en Venezuela deriva de un rígido control de cambios impuesto por el gobierno. La escasez de artículos de primera necesidad resulta del control de precios. Los fajos de dinero en efectivo y los autos de lujo se originan en los ingentes ingresos petroleros y en el gasto público, que ha contribuido a acelerar el crecimiento económico, pero también a alcanzar la mayor inflación de América latina.

   Todo esto se combina para crear un caldo de cultivo que perpetúa lo que Chávez describe como “los virus” que han infectado generaciones de ciudadanos en Venezuela. “Mientras que en nuestra sociedad abunde ese virus es imposible construir una patria y mucho menos el socialismo”, dijo en un reciente discurso. Citando a Marx, añadió: “Cada sociedad nueva nace infectada de la sociedad vieja.”



Viejas infecciones. Al menos una de las viejas infecciones, la corrupción, parece haber empeorado desde que Chávez asumió el poder en 1999, con el respaldo de la mayoría pobre de los 27 millones de habitantes. Según el instituto Transparencia Internacional, Venezuela se ha deslizado progresivamente hacia el fondo de un índice que mide la corrupción en 163 países y se encuentra en el lugar 138: el peor de América latina.

   “No hay socialismo en nuestro país”, dijo Teodoro Petkoff, un antiguo guerrillero que fue ministro de Planificación en el gobierno que precedió al de Chávez. “Es el mismo país de siempre. No ha habido ninguna revolución”, agregó.



Estadísticas dudosas. Chávez ha usado la bonanza petrolera —los precios internacionales se han quintuplicado desde que llegó al poder— para gastar millones de dólares en bienestar social,infraestructura y subsidios directos a los pobres. Las estadísticas oficiales muestran que bajo Chávez el porcentaje de venezolanos que vive en la pobreza descendió desde 42,8% a 30,4%. Pero investigadores de la Universidad Andrés Bello consideran que hoy ese índice social se ubica en el 45%.



La “boliburguesía”. Aunque la pobreza disminuyó, las divisiones sociales permanecen y hasta nació una nueva clase: la “boliburguesía”. La palabra es una contracción de Bolívar y burguesía, un juego con la “revolución bolivariana” declarada por Chávez.

   Los críticos del presidente dicen que la boliburguesía incluye a gente del mercado negro o gris, burócratas del gobierno que imponen “recargos” en servicios rutinarios, intermediarios en negocios petroleros, lavadores de dinero y organizaciones traficantes de drogas. “Esta nueva clase permanecerá más allá en la ruta de Chávez hacia el socialismo del siglo XXI”, aseguró un empresario. “Se han vuelto parte del sistema”.



¿Hasta 2021? Chávez se da cuenta de que su revolución está lejos de haber sido completada. Su período de gobierno actual culmina en 2012, pero ya habla sobre una nueva fecha, de muchos años más tarde en el futuro.

   “Ahora, si en apenas 140 días han pasado tantas cosas, imaginemos lo que va a pasar en los 5.134 días que quedan desde hoy hasta el 24 de junio de 2021”, dijo el 2 de junio. El 24 de junio de 2021 no tiene nada que ver con el período presidencial venezolano de seis años: es el 200º aniversario de la batalla de Carabobo, una victoria crucial de Simón Bolívar sobre las fuerzas militares españolas.
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Un shopping de Caracas. El consumismo de la nueva elite creada por el régimen chavista.



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