En foco. La mirada oficial de la inflación

Esta semana el Indec difundió los índices de inflación del mes de junio que arrojaron una suba de apenas el 0,4 por ciento y del 3,9% en el primer semestre, y volvieron a desatar la remanida disputa sobre la veracidad de los datos oficiales del Indice de Precios al Consumidor.

Aunque el Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, fue perdiendo protagonismo en la pulseada mediática de control de precios, en los hechos está cumpliendo a pie juntillas su misión de mantener “a raya” los índices de inflación de acuerdo a las pretensiones del gobierno.

Aunque desde distintos sectores _políticos, sociales y económicos_ vienen cuestionando la metodología y la política oficial de tratar de meter la basura bajo la alfombra mediante el ocultamiento de datos reales y los empleados del organismo oficial se ocupan de ratificar el “manejo” de los datos mediante medidas de fuerza cada vez que se difunden los índices, en el último mes los consumidores y ciudadanos empezaron a tomar partido más activo.

Con números en la mano las asociaciones de consumidores y cámaras representantes del comercio minoritas _quienes tienen el día a día de las listas de precios_ salieron a cuestionar los niveles de inflación que elabora el Indec.

En Rosario, dirigentes de esos sectores señalaron que la suba de precios en los primeros seis meses del año no estaban por debajo del 10% e incluso algunos arriesgan un 15%.

En rigor, más allá de las percepciones, el IPC Nacional, que mide los precios de seis provincias, indica que los aumentos van más allá de lo que da cuenta el IPC tradicional.

Así, según este relevamiento, en la provincia de Santa Fe los alimentos subieron un 8 por ciento de enero a mayo, un dato mucho más cercano a la realidad que experimentan los bolsillos.