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 sábado, 07 de julio de 2007  
Francia: Villepin, en el centro de un escándalo

París. — Jueces franceses allanaron las oficinas del ex primer ministro Dominique de Villepin, al día siguiente de hacer lo mismo en su casa, como parte de una investigación por las denuncias sobre una campaña de difamación contra el presidente Nicolas Sarkozy. El escándalo, conocido como “Clearstream”, una entidad financiera de Luxemburgo, escaló así de manera espectacular.

   Los jueces creen que Villepin habría intentado usar documentos falsificados para difamar a su rival político en 2004, en un plan que afectó a su gobierno, cuando el año pasado emergieron los detalles. En ese tiempo, Villepin era el “delfín” del entonces presidente Jacques Chirac y posible precandidato de su sector en el oficialismo. Luego Sarkozy arrasó a su rival interno y tomó el control total del partido UMP. Villepin siguió siendo premier, pero totalmente opacado y en retirada, como su jefe político, Chirac.



Sin vacaciones. Villepin, quien niega cualquier proceder ilícito, regresó el jueves por la noche de sus vacaciones para estar disponible cuando los jueces allanaron su oficina en el centro de París, ayer por la mañana.

   El escándalo salió a la luz en 2004, cuando se enviaron cartas anónimas a un magistrado en las que se denunciaba que Sarkozy y un grupo de políticos tenían cuentas en Clears tream, una sociedad financiera de Luxemburgo. Se dijo entonces que el dinero estaba vinculado a la venta corrupta de fragatas a Taiwán en 1991, pero las cuentas probaron ser falsas.



Comprometido. Documentos que fueron recuperados esta semana de la computadora de un oficial de inteligencia sugieren que el mismo Villepin sugirió la pista anónima al magistrado.

   Las fuentes agregaron que Villepin podría ser sometido a una investigación formal por complicidad en las acusaciones falsas. Esa medida no implicaría culpabilidad, pero representaría un hecho sin precedentes para un ex primer ministro en la historia moderna francesa.

   Los jueces Jean-Marie d´Huy y Henri Pons pasaron seis horas el jueves por la tarde en el departamento de Villepin en París y confiscaron varios documentos. Ayer, “visitaron” su oficina en un anexo del Ministerio de Relaciones Exteriores francés.

   Sarkozy presentó el año pasado una queja oficial ante los magistrados, diciendo que había sido víctima de una campaña de difamación, pero no dio ningún nombre en su deposición judicial.

   Villepin negó repetidamente las acusaciones de que intentó avivar el escándalo y en diciembre fue interrogado por los magistrados durante 17 horas.

   El ahora ex primer ministro dijo que ordenó un control de rutina a las cuentas de Clearstream cuando los detalles del banco surgieron por primera vez, e inmediatamente lo abandonó cuando quedó claro que los documentos habían sido falsificados.
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Los jueces se retiran de las oficinas de Villepin.



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