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martes,
26 de
junio de
2007 |
Cada vez más “expulsados”
La muerte por frío de personas mayores en situación de calle o que vivían en casillas precarias abre muchos interrogantes para los que no existen respuestas simples por la singularidad de cada caso. Aun así, la titular del Programa de Asistencia e Intervención Directa que depende de Promoción Social municipal, Susana Bonavía, admite que en Rosario este año se ve “cada vez más gente de la tercera edad expulsada, alcoholizada y en situación caótica”.
Según la funcionaria, cada caso es un mundo. Están quienes deambulan y hasta duermen a la intemperie aun teniendo casa o familia, los que no soportan vivir bajo un techo y los que son institucionalizados compulsivamente. Esos últimos, salvo casos extremos, no representan una verdadera opción. “Mientras podemos, intentamos trabajar de forma personalizada y respetando derechos”, aseguró.
En rigor, la demanda no excede demasiado la capacidad de los espacios públicos que albergan a adultos mayores. La excepción es el Hospital Geriátrico Provincial, donde hay unas 70 personas en lista de espera, pero en ese caso se debe a que los pacientes presentan patologías: la mayoría es dependiente o semidependiente.
En el Hogar de Mayores (Grandoli 3450), donde hay 16 hombres autoválidos alojados (en muchos casos, con serios problemas con el alcohol) sólo aceptan ingresar al llegar a edades avanzadas y cuando han perdido la capacidad para generar recursos o sufren problemas de salud. Aun así, les cuesta mucho adaptarse. Y en el Hogar Provincial Jorge Raúl Domínguez (Presidente Perón 6699) directamente no hay gente en lista de espera.
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