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sábado,
23 de
junio de
2007 |
Argentino se juega hoy la carta del ascenso frente a Cambaceres
Argentino se juega la última carta. La más importante. La que definirá si permanece en la Primera C o si logra pegar el salto de calidad que tal vez merezca. La apuesta será en La Plata, en cancha de Gimnasia. Allí, el conjunto salaíto irá por el peldaño más difícil para poder repetir lo hecho hace poco más de tres años (ante Barracas Central, en Huracán). Hoy, el escollo a sortear se llama Defensores de Cambaceres (a las 15, para la TV y con arbitraje de Marcelo Azpiolea), equipo con el que no podrá perder si es que quiere lograr que el sueño del ascenso se convierta en realidad.
La primera parte del libreto fue bien escrito hace siete días por Argentino. El triunfo por 2 a 1 en el José Olaeta fue importante. Tal vez exiguo si se tiene en cuenta que el rival pertenece a una categoría superior, con todo lo que ello implica.
Teniendo en cuenta esto, los cañones están direccionados hacia un planteo que no se caracterice por un tinte especulativo. Es que el equipo de Jorge Díaz no tiene como prioridad manejarse bajo esos parámetros, aunque todo dependerá de cómo se dé el partido.
Hay varios puntos en los que Argentino puede aferrarse al sueño: el buen nivel que mostró a lo largo de todo el Reducido (venció en la final a Barracas Central); el convencimiento que evidenció en cada una de las presentaciones cuando la cosa era a matar o morir; el hambre de gloria que ofreció este grupo de juveniles, bien sustentados por la experiencia de algunos pocos; la saludable conducción que mostró un Jorge Díaz al que le costó apenas un tiempito encontrarle la vuelta al equipo, pero que cuando lo logró demostró varias virtudes. Por nombrar sólo algunos.
También hay cuestiones que bien podrían ubicarse del otro lado de la balanza, pero hoy nadie pretende detenerse en esos puntos. El ahora lleva consigo una cuota de optimismo mayúsculo.
Es ganar o empatar. Es prohibido perder. Bajo esas coordenadas deberá moverse Argentino. No le queda otra. Es jugar a lo que sabe. Es apostarle un pleno a la gloria, sabiendo que el cero esta vez jugará mucho. Que hará efectivo nada más ni nada menos que el tan anhelado ascenso.
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Fotos
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Inza celebra el segundo gol salaíto. Fue en el partido de ida.
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