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sábado,
23 de
junio de
2007 |
Acuerdo con los súper chinos
La explosiva expansión de los autoservicios de origen chino en el país no fue bien recibida históricamente por los comerciantes ya instalados en el país. La competencia, la desconfianza y hasta los prejuicios dieron lugar a una historia de tensión y no pocos conflictos. El acuerdo de las entidades locales con la Casrech, que permitió avanzar en la ofensiva para regular a los comercios más chicos es el primero que se realiza en el país y que busca superar ese capítulo de confrontación. En Rosario hay 130 locales de esa comunidad.
La institucionalización de los autoservicios propiedad de residentes chinos, que el año pasado inauguraron la filial de la cámara que los agrupa en Rosario, y las necesidades comerciales, en este caso la necesidad de cerrar el camino de nuevos competidores en el sector de negocios de proximidad, pudieron más que los recelos. De hecho, la llegada de los primeros súper chinos en la región fue recibida en el sur de la provincia con una ola de pedidos para restringir su ingreso.
El cambio de relación, al menos en la ciudad, comenzó a gestarse en noviembre pasado con las primeras conversaciones entre el titular de la Cámara de Supermercados de Rosario, Roberto Lázaro, y el secretario de Casrech, Miguel Calvete. “Con sorpresa vimos que tenían un diagnóstico del sector muy parecido al nuestro, en el sentido de que existe una saturación de negocios que termina afectando la actividad”, señaló.
En el último encuentro organizado por la Casrech en Buenos Aires, se explicó que en el país se abren más de 20 bocas de ese sector por mes en todo el país, lo cual pone presión a los propios comercios de esa comunidad. Esto se da en el marco de la transformación del sector minorista, donde la competencia se trasladó al comercio de menor superficie. Más recientemente, este movimiento es alentado por la suba de los alquileres.
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