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sábado,
16 de
junio de
2007 |
Un reclamo a los adultos
Para Beatriz Janin, la psicóloga especializada en niños que presidió el simposio internacional sobre chicos rotulados como ADD o ADHD, la problemática “es de toda la infancia a la que se trata de catalogar como patológica, en tanto no responde a determinadas exigencias”.
Recordó entonces casos de niños que habían sido diagnosticados “como deficitarios por tener dificultades para aceptar las normas escolares, porque estaban tristes o no soportaban enfrentar tareas en las que suponían que podían fracasar y también niños que mostraban serios problemas de desorganización del pensamiento”. A todos —señaló— se los catalogó del mismo modo, y se les indicó medicación.
Janin definió a la infancia y a la adolescencia como momentos de crecimiento, donde el soporte de los adultos es fundamental: “Si los adultos no podemos marcar hacia dónde ir, los niños pueden moverse sin rumbo, sin poder organizar un trayecto coherente y golpearse contra las paredes”.
También reparó sobre los paradigmas de la época, donde “los valores predominantes suelen ser la apariencia y el dinero”, donde prevalece lo urgente y “no hay tiempo para los vínculos”.
Es en este contexto en que en los últimos años hay un crecimiento considerable de “un afán de diagnosticar de un modo categórico, usando clasificaciones más que conceptos, sin escuchar a los niños y sin interrogarse sobre las determinaciones”.
Por eso dijo que “hay una simplificación de las problemáticas” y que es “el reduccionismo biologicista” utilizado en estos diagnósticos el que “ubica como determinado por siempre y de por vida a un sujeto en crecimiento”.
Para Janin, es necesario reconocer que cada niño que se mueve sin rumbo o que fracasa en la escuela “nos está interpelando a todos y nos plantea algo de nuestra discapacidad”.
Atender a este tema —dijo— implica pensar en una tarea colectiva “en la que es necesario replantearse la idea de normalidad, de infancia, de educación y de valores sociales”. Por eso, al momento de responder las inquietudes de los asistentes, resaltó que cuando en la escuela se reciben chicos con este diagnóstico lo que se puede hacer es dudar de tal indicación; además de seguir el reclamo para que haya más profesionales en las escuelas.
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