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 domingo, 10 de junio de 2007  
Sobre ruedas. Pere Navarro Olivella habló en Rosario sobre las políticas implementadas en su país
"La seguridad vial es conciencia y represión"
El director de Tráfico español dice que de los accidentes "hay que preocuparse y ocuparse"

Eugenia Langone / La Capital

Al hablar de políticas de seguridad vial que den resultado, el director general de Tráfico del Reino de España, Pere Navarro Olivella, no deja lugar a dudas. "Seguridad vial es concientización, pero también represión", afirmó. De paso por Rosario para participar del Seminario Internacional de Prevención de Accidentes de Tránsito, organizado por el Comité Asegurador Argentino, sostuvo que "en el fondo, los problemas de tránsito son los mismos en todos los países" y remarcó que "también las soluciones deben ser parecidas". Sin embargo, lanzó una advertencia: "Aquí todo el mundo dice estar preocupado por los accidentes, pero no todos se ocupan. Y además de preocuparse, hay que ocuparse".

Responsable del tráfico en un país donde en 2005 los accidentes de tránsito eran la primera causa de muerte entre los menores de 39 años, Navarro Olivella está convencido de que son "las políticas" y "los planes a mediano plazo" los que logran resultados. Y asegura que quien pueda "gobernar razonablemente el problema del alcohol, el uso del cinturón y del casco, controlar las distracciones y la velocidad, y dar un tratamiento especial a los multirreincidentes, podrá reducir a la mitad el número de víctimas".

-¿Cómo analiza los problemas del tránsito entre los diferentes países?

-Aquí todo el mundo dice estar muy preocupado por los accidentes, pero no todos se ocupan. Y además de preocuparse, hay que ocuparse. Es verdad que hay diferencias, pero en el fondo los problemas del tránsito son los mismos en todos lados y las soluciones deben ser parecidas, aunque cada uno con su estructura administrativa. Pero el mensaje es optimista, porque en España en tres años bajamos un 25 por ciento la cantidad de accidentes mortales; y este año sigue bajando. Claro que los accidentes son evitables, en materia de seguridad vial está todo descubierto, pero hay que hacerlo.

-¿Qué hay que hacer?

-Hay varios niveles de trabajo y este problema exige una movilización de la sociedad, porque es una responsabilidad compartida. Políticamente no es un tema de derechas o de izquierdas, sino que es de Estado y va por encima de cualquier pugna política. En España hemos conseguido que todos los partidos tengan un capítulo dedicado a la lucha en contra de los accidentes de tránsito; y en la Asamblea Nacional hay una comisión de diputados dedicada a esa lucha. Además, el actual presidente del gobierno vino dos veces a la Dirección General de Tráfico, y los gestos son importantes en temas como este.

-Eso en términos generales ¿Pero cómo define la política de seguridad vial que están llevando adelante?

-Si tuviera que sintetizar lo que es la política de seguridad vial, digo que es concientización más represión. Es decir, concientización más educación, formación e información. Pero también tiene que haber denuncias y sanciones, un sistema de autoridad que debe funcionar.

-¿Cuáles son los factores principales a la hora de analizar las causas que provocan los accidentes?

-Los problemas son en todos lados los mismos. El alcohol en la conducción, el no uso del cinturón de seguridad y del casco, las distracciones -como son los teléfonos móviles, el cigarrillo, los auriculares o incluso la somnolencia-, la velocidad y los conductores multirreincidentes, que repetidamente desprecian las normas de seguridad y ponen en peligro a los demás. Es en estos temas que hay que concentrar los esfuerzos y no dispersarse, porque el que consiga gobernarlos razonablemente, podrá reducir a la mitad la cantidad de accidentes mortales.

- A la hora de pensar las políticas de seguridad, ¿cuál es la diferencia entre los accidentes que se producen en las ciudades y los que se producen en las rutas?

-Es imprescindible incorporar las ciudades a la política de seguridad vial, porque más de la mitad de los accidentes se dan en las ciudades. Si bien el 80 por ciento de las muertes se produce en la carretera, el 60 por ciento de los accidentes es en la ciudad, por lo que esta última necesita un tratamiento diferenciado. El atropello de peatones, el choque en los cruces y las motocicletas son problemas urbanos, con factores diferentes y con un tratamiento diferente. En España elaboramos un plan de seguridad vial para los municipios y ahora lo estamos promoviendo con la idea de hacerlo obligatorio a largo plazo en todas las ciudades de más de 40 mil habitantes.

-¿Cuál es la clave de que las políticas se sostengan en el tiempo y no sean sólo reacciones espasmódicas?

-Las iniciativas aisladas nunca sirven. Por eso hay que tener planes. Hay que marcar objetivos cuantificables y luego identificar las acciones para conseguirlos. Hacer planes a cuatro o cinco años que van a obligar a dar cuenta anualmente de su cumplimiento. Así se logra poner en marcha la presión social que hay desde las familias de las víctimas, desde los medios de comunicación y desde entidades civiles que hacen difíciles que haya retroceso una vez que el plan está en marcha. En España, el tema caló tanto que funciona esa especie de control social. Esto hace imposible que volvamos a los 7 mil muertos que llegamos a tener por año.
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El especialista español dice que el alcohol, las distracciones y la velocidad son problemas del tránsito en todo el mundo.

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