Al rescate de las raíces. Docentes de la Escuela Provincial Nigelia Soria defienden el rol de la educación en la reafirmación de la identidad popular

Aseguran que la escuela tiene un papel esencial en la transmisión cultural

Mario Candioti / La Capital

Lo masivo y lo popular mantienen una lucha encarnizada sostenida en el tiempo. Los bastiones de la cultura nativa y sus expresiones, léase danza y música, entre otros, sufren bajas permanentes ante la invasión de una cultura que le es ajena, pero que es redituable en términos de dinero. ¿Qué papel juega o debería jugar la educación para reafirmar esa identidad? El más importante.

Sin embargo, hay resquicios por donde el rescate de las fuentes de lo popular intenta abrirse camino, y en donde lo pedagógico aporta su invalorable cuota.

Ese resquicio se encuentra aquí en Rosario, en la Escuela Provincial de Danzas Nigelia Soria, una institución que intenta articular la educación tradicional con la vivencia concreta de distintos lenguajes artísticos.

Y fueron sus docentes y autoridades quienes, entrevistados por La Capital, evaluaron y diagnosticaron distintos aspectos de la enseñanza de la música y la danza popular, a través de un programa educativo acorde a las necesidades de un vasto sector de la sociedad. Los docentes Elida Pfleiderer, Juan Verdún, Claudio Bolzani y la vicedirectora del establecimiento, Silvia Aparicio, brindaron su visión de la carrera.

—¿Qué papel ocupa en la escuela pública la enseñanza de la música popular?

—Todo depende del docente que esté a cargo. En líneas generales, los programas educativos que se organizan desde la Nación, la contemplan desde la ley federal en adelante. Pero durante varias décadas hubo un corte y no se preparó a los docentes. Ahora, en la actualidad, vemos que los docentes van incorporando instrumentos autóctonos, algo que estaba totalmente ausente. Hoy tanto los chicos como los profesores se van arrimando a algunos instrumentos y ritmos. Hay interés y hay oportunidades. Tal vez falte una política más orientada y más definida. (Juan Verdún).



Alumnos y ritmos

—¿Los alumnos están en condiciones de reconocer ritmos populares argentinos, autores, intérpretes?

—Es que el chico no lo va a hacer si no le dan la oportunidad. (Juan Verdún).

—Depende de la voluntad individual del docente. Si le toca en suerte al chico un maestro interesado por esa corriente musical tendrá la posibilidad de acceder a alguno de esos elementos. Además, el tiempo que se emplea para dar música es escaso cuantitativo y cualitativamente. El entorno dentro del cual trabaja el maestro dentro de lo que es la organización de la escuela, sobre todo en el nivel primario, es limitado, muy escaso. No son buenas las condiciones de trabajo. Son materias que se encuentran aisladas del resto y no hallan un correlato como otras materias como pueden ser las ciencias sociales, la formación cívica. Entonces es muy difícil para un chico hacer una síntesis de tan poquita información. (Claudio Bolzani).

—¿Y cuánto tiene que ver la casa en esto de adentrar al chico en el conocimiento de lo que es la música popular?

—El ambiente familiar es fundamental, no sólo para la música. Es el formador principal y el que acompaña al chico. Además desde lo mediático siempre se le está dando basura. Entonces si el maestro de música, en ese poquito tiempo, no encuentra el apoyo de la familia, es poco lo que se puede hacer. (Elida Pfleiderer).

—Si lo que se consume a través de los medios no incluye lo popular por no ser rentable, ¿significa que esta propuesta educativa se convierte en una lucha con pocas perspectivas de éxito?

—Creo que en estos momentos tenemos una oportunidad que es la nueva ley de educación que se está elaborando en Santa Fe. Una de las grandes deudas que tiene la educación es con la parte artística. La inclusión en las currículas de las escuelas primarias de estas asignaturas y la importancia de la recuperación de los magisterios, tanto en música como en danzas folclóricas, o como en el caso nuestro que tenemos un trayecto artístico profesional (TAP) en tango, disciplinas que tienen que ver con nuestra idiosincrasia y nuestro bagaje cultural, se podrá favorecer que tengamos docentes capacitados y motivados y a la vez podemos intentar despertar en los chicos un gran interés para que empiecen a valorar algo que directamente no saben que existe. (Silvia Aparicio).

—Y allí estarían ustedes para afrontar un enfoque diferente en la enseñanza de lo popular.

—Nuestra escuela es específica en la formación para que cuando los chicos lleguen a una determinada edad puedan formarse como docentes. El tema es que en todas las escuelas ni siquiera tienen la posibilidad de tener un ratito para entrar en contacto con toda esta riqueza cultural. (Silvia Aparicio).

—A mí me parece que los medios de comunicación generan fenómenos comercialmente exitosos a través de políticas de marketing. La escuela tiene que tener una política de marketing. Yo pregunto por qué para un chico un juego válido es Gran Hermano y no hacer música. Por qué no jugamos a hacer música popular, si también es un juego. Hace unos días el Negro Aguirre planteaba que la música se aprende como un juego y porqué había que sacar de ese ámbito a la construcción musical y poética. Entonces las escuelas tienen la capacidad de establecer políticas de marketing. Los ministerios de Educación tienen esa posibilidad de establecer esas políticas. Pienso que se puede jugar a cosas más interesantes que a Gran Hermano. (Claudio Bolzani).

Docentes de la Escuela Nigelia Soria aseguran que una de las grandes deudas educativas es con la inclusión del folclore en las aulas.