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 sábado, 02 de junio de 2007  
En abril último, 10.169 docentes oficiales se ausentaron por razones médicas. A esto se suma la extrema lentitud para nombrar reemplazantes
Las horas libres en la secundaria, parte del calendario escolar de todos los días

Marcela Isaías / La Capital

Las horas libres en el secundario ya son parte del calendario escolar diario. El incremento del ausentismo docente y la burocracia para designar reemplazantes, las principales causas de esta problemática. Desde el Ministerio de Educación admiten que es “un problema generalizado, que provoca falta de atención a los alumnos y es de difícil solución”.

En el 2005, la mamá de una alumna del polimodal de Rosario reclamó públicamente sobre una situación a esa altura ya “naturalizada” en las escuelas. Preocupada por la cantidad de notas que firmaba, donde se le informaba que su hija se retiraría antes o entraría más tarde, a causa de la ausencia de profesores, acudió a la Defensoría del Pueblo.

Desde entonces y hasta la fecha la situación no cambió. Es más, las horas libres son parte del calendario escolar de los alumnos de las escuelas secundarias (EGB 3 y polimodal), en particular en los establecimientos públicos, ya que en el sector privado el régimen de nombramiento de personal es diferente.

El incremento del ausentismo docente repercute directamente en la falta de clases. Según el Servicio de Salud Laboral que depende del Ministerio de Educación de Santa Fe, 10.169 docentes provinciales (de todos los niveles, de gestión oficial y de un total de 52.704) faltaron en abril de este año sólo por razones médicas.

Las ausencias varían por regionales de Educación. Los índices más altos se registran en las Regiones II (Reconquista) con el 16,68 % y en la IV con el 15,57 %. En el caso de la Regional VI de Educación (Rosario y su zona de influencia) el índice de ausentismo alcanza al 12,63 %.

Pero las razones por las que un docente falta a clases no son sólo la salud propia o de un familiar, alcanzan también al estudio y la capacitación, la atención a algún trámite, o por asistir a una plenaria en otra institución. “También a los horarios o las actividades superpuestas”, tal como cita Mario, profesor de una escuela técnica de Villa Gobernador Gálvez.

Para otros se trata de algo más complejo. “Son un síntoma del malestar de las instituciones, de la pérdida de sentido de la tarea, de las condiciones de trabajo que responden a un modelo de escuela que ya no va más”, señala Raquel profesora de historia de una escuela media de Rosario.

Con esta idea de malestar docente coincide Gustavo Teres, secretario general de la Amsafé Rosario, al señalar que las deficientes condiciones laborales conspiran contra su trabajo.

Al margen de las razones que hacen que un profesor falte a su trabajo, la ausencia de docentes es parte del panorama de la escuela media actual. Por eso el director de la Regional VI de Educación, Humberto Cancela, lo define como “generalizado y de difícil solución”.



Parte de la agenda

Las ausencias de los profesores son definidas por los alumnos como una falla propia del sistema educativo. “Faltan mucho y tenemos muchas horas libres. También suelen llegar tarde”, señalaba el año pasado un grupo de estudiantes en una nota a la que fueron invitados a repasar el polimodal ( La Capital, 7/10/2007).

El tiempo sin profesores tienen una razón principal y es que no se cubre con suplentes. Si se trata de un imprevisto por el que falta un profesor, ni la norma ni los tiempos dan para tapar la ausencia. Para cubrir un reemplazo cada escuela maneja un escalafón interno, siguiendo un orden de mérito, sin poder pasar por alto un docente en caso de no encontrarlo, lo cual retrasa cualquier ofrecimiento.

Cancela admite además que “nadie quiere tomar un reemplazo de pocas horas cátedra o de corta duración”. Y en verdad, otros docentes coinciden que “es más lo que se gastará en llegar a la clase, que poco se puede hacer y encima se corre el riesgo de perder una suplencia de mayor tiempo”.

Muchas escuelas acusan la falta de reemplazantes, pero el gremio tiene otra mirada. “Salvo en algunas especialidades (como inglés, tecnología o música, por ejemplo) no faltan profesores para reemplazar”, dice Teres, quien advierte sobre la necesidad de contar con juntas de calificaciones (las que arman los escalafones) descentralizadas y escalafones actualizados. “El que está vigente actualmente es el del 2005”, indica.

Por su parte, la secretaria general de Amsafé provincial, Sonia Alesso, adelanta que el tema es parte de la agenda de la reunión que el martes próximo mantendrá con la ministra de Educación, Adriana Cantero, junto a la problemática de los edificios escolares, la creación de cargos, la promoción asistida y el decreto de traslados.

Según Alesso, el sistema de escalafonamiento es el más justo para designar reemplazantes, pero la falta de recursos humanos y materiales para su confección es lo que causa las demoras.

“La junta de calificaciones está compuesta por 5 miembros (dos del gremio y tres del ministerio). Sólo hay dos juntas, una para la zona sur de la provincia y otra para el norte”.

A esto se suma la falta de empleados que colaboren con esta tarea administrativa y más computadoras. “Hemos donado desde Amsafé impresoras y hasta papel para que el trámite sea más rápido”, cuenta Alesso.

Ante la falta de recursos, la tarea de volcar cada título o certificado para ordenar el escalafonamiento de los profesores se vuelve más que lenta. Actualmente las escuelas se manejan para convocar a un suplente con el escalafón del 2005, aún no se terminó el del 2006 y recién en mayo se abrió la inscripción para el del 2007.

Tanta negligencia ocasiona que haya profesores sin trabajo y alumnos sin docentes. “Hay cientos de profesores que se recibieron el año pasado y no podrán tomar un reemplazo a corto plazo, junto a docentes que se jubilaron y aún figuran en escalafón. De seguir así, todo hace prever que los que se inscribieron ahora podrán ejercer en el 2009”, pronostica Alesso sobre un panorama tan desalentador como injusto para los casi 265 mil adolescentes que aprenden en las escuelas medias y técnicas provinciales.
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Burocracia. Las dificultades para conseguir reemplazantes derivan de la falta de recursos para hacer los escalafones. El vigente es de 2005.

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