Año CXXXVII Nº 49491
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
La Región
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Escenario
Ovación
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 27/05
Mujer 27/05
Economía 27/05
Señales 27/05
Educación 26/05
Estilo 19/05
Salud 16/05
Página Solidaria 16/05

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 02 de junio de 2007  
Entre las películas, jugar a las cartas o no hacer nada

Virginia tiene de 17 años y está a punto de terminar su escuela secundaria. Describe la ausencia de profesores sin aviso como injusta: “Si llegamos tarde o no venimos a clase, enseguida nos ponen la falta y hasta podemos perder el año. Sin embargo, los profesores no reciben el mismo trato por las mismas causas”, dice la joven.

Para otros chicos la preocupación pasa por los mecanismos nada claros para evaluar luego materias dadas a medias. El año pasado, Francisco, de 2º polimodal recordaba que durante el segundo cuatrimestre la profesora había faltado durante tres semanas y la escuela no puso reemplazante.

La norma indica que si un profesor falta y no hay reemplazante los alumnos no pueden retirarse antes o entrar más tarde, salvo que sus padres estén notificados previamente.

En algunas escuelas, y para evitar sorpresas o que los alumnos deambulen por las aulas, hacen firmar una única nota a los padres a principio de año para que autoricen a sus hijos a retirarse antes o ingresar fuera de horario.

El problema sucede cuando las faltas son entre horas o por imprevistos. En ese caso, las estrategias para no dejar a los chicos solos varían de escuela en escuela. Algunos, y en el caso de que existan cargos suficientes, apelan a los preceptores. Otras intentan adelantar horas de clase para evitar los huecos y cuando nada de esto se puede hacer pasar una película parece ser la salida “más creativa” hasta ahora encontrada.

“Cuando no es posible hacer cambios de materias, la escuela funciona como un club de amigos, juegan a las cartas y en los mejores casos, se les permite ver películas”, relata Raquel, profesora de una escuela media. Mario, docente de la escuela técnica de Villa Gobernador Gálvez, dice que en su escuela los chicos permanecen con un preceptor a cargo “o bien se quedan sin hacer nada”.



Las cantinas contentas  

Jorge es docente de escuelas públicas y privadas de Rosario. Se anima a estimar que “cada curso tiene un promedio de cuatro a seis horas libres a la semana”. Dice que la problemática es propia de la EGB 3 y polimodal, “no porque los docentes de la primaria no falten, sino porque en las escuelas hacen cualquier cosa para cubrir esos baches”.

El profesor que dicta tecnología cuenta que en “cuando las horas libres se producen durante la jornada escolar los chicos no hacen nada, en el mejor de los casos estudian para la prueba o la lección que tienen en el siguiente módulo o hacen la tarea que no hicieron en casa”.

“Hay docentes —agrega— que envían un par de fotocopias con alguna consigna de trabajo que los santos preceptores deben hacer cumplir, cosa que jamás logran. También es muy común que en estos momentos se haga gala de la incorporación de las nuevas tecnologías y aparezca el portero con la TV y el video. En este orden debo decir que la mayor cantidad de atención por parte de los alumnos ante esta práctica se ha conseguido cuando el video en cuestión no era otro que el de su reciente viaje de egresados”.

Para Jorge, durante las horas libres intermedias, “los más felices suelen ser quienes tienen la concesión de la cantina de la escuela porque es el momento en el que se le agrega un plus a sus ventas”.



Con los directivos

El director de la Regional VI de Educación, Humberto Cancela, dice que “se está analizando con supervisores y el cuerpo directivo qué criterios institucionales utilizar para atender a los alumnos en las horas libres”. Además, que desde la Subsecretaría de Educación se está trabajando sobre el tema ausentismo y salud.

Fernando Pisani es docente de escuelas técnicas de Rosario, también fue director del nivel medio y técnico provincial. Considera que rara vez se discute el tema en profundidad: “La escuela tiene carencias y problemas de todo tipo, eso hace que esta cuestión quede siempre relegada en su discusión”.

Para Pisani una salida posible sería pensar “en dispositivos propios para cada institución, también en equipos móviles de docentes que puedan responder a los reemplazados de corta duración”.

En tanto que propone “se puedan elaborar cuadernillos de apoyo, de estudio, de ejercicios para salvar las situaciones de urgencias derivadas del ausentismo ocasionales de los docentes”.


enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Notas Relacionadas
Las horas libres en la secundaria, parte del calendario escolar de todos los días



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados