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sábado,
26 de
mayo de
2007 |
Viajeros del tiempo
Rosario 1905/1910
La partera infiel. En la ciudad de Buenos Aires, en la esquina de Velez Sarsfield y Merlo, vivía el señor Pío Arrostia con su esposa, Estefanía García, de profesión partera. El matrimonio gozaba de buen concepto en el barrio, aunque entre ellos eran comunes las reyertas por disparidad de caracteres. Ultimamente, Arrostia empezó a dudar de la fidelidad de su esposa, por lo que ayer al mediodía, sin que nadie lo viera, se escondió en una de las habitaciones de la casa. Estaba armado de un filoso puñal, decidido a castigar a los adúlteros, espectativa terrible para un hombre desesperado por los celos. Y en efecto: poco después vió a su mujer que se metía en el dormitorio con el vecino Alfredo Acosta, que ocupa la casa contigua, y controlando su furia salió sigilosamente de su escondite y se acercó hasta el lecho nupcial donde se encontraban los ofensores. La sorpresa de los amantes fue espantosa. Arrostia, fuera de sí, se abalanzó contra Estefanía y la apuñaló varias veces sin consideración. El amante pretendió huir, pero el marido engañado se lo impidió con una puñalada recta al corazón y otra en el vientre, para arrojar luego su cuerpo a la mitad de la pieza como si fuera el de un perro. Conseguido su objeto, Arrostia salió a la calle y emprendió la fuga, pero un vecino y un agente de policía lo siguieron de cerca hasta acortar las distancias. Fue entonces que Pío Arrostia se detuvo, desnudó de nuevo el puñal asesino, y se hizo una profunda herida en el vientre. Los tres protagonistas de este drama, Arrostia, su esposa y Acosta, fallecieron a los pocos minutos.
Patente de perros. Se previene a los interesados que desde la fecha y hasta el 15 del mes próximo, las patentes de perros se expiden en la administración de limpieza, San Luis y Moreno. Pasado dicho término se incurrirá en las penas establecidas por la ordenanza de fecha julio 5 de 1900.
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