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sábado,
26 de
mayo de
2007 |
Chofer improvisado
Estoy cansada de la falta de respeto y el manoseo constante por el que tenemos que pasar los rosarinos cada vez que nos subimos a un colectivo. Se cansaron de saquearnos el bolsillo, pagamos un boleto elevado y sin chistar, para que los "señores" colectiveros ganen un sueldo irracionalmente alto, más alto que el de un docente universitario. ¿Para qué? Para que les importe poco y nada la vida de sus pasajeros, para tratarnos como ganado y hacernos sentir que nos hacen un favor cuando frenan el colectivo; para que subamos y viajemos en unidades que son un verdadero asco, sucias y que se caen a pedazos. Sin ir más lejos, el 21 de mayo, a las 17, tomé el interno 2 de la línea 115 para ir a la facultad. Al marcar la tarjeta y para mi sorpresa, vi que el conductor tenía puestos auriculares. Sí, estaba escuchando radio. Además se la pasó mandando mensajes de texto y recibiéndolos durante todo el trayecto del viaje (lo tomé en Córdoba y Provincias Unidas, y me bajé en Córdoba y Balcarce). Estuvo esquivando autos estacionados, perdiendo el control del colectivo y por momentos sosteniendo el volante con los codos, teniendo la mirada en el teléfono y no en la calle. Mi vida estuvo durante los minutos que duró el viaje en manos de un irresponsable, un inconciente que no respeta su vida ni su trabajo ni las vidas de sus pasajeros. ¿Quién controla esto? ¿Por qué no les hacen hacer cursos de capacitación antes de hacerlos manejar? Para pagar estamos, para protejernos, ¿están?
Noelia Ferri
DNI 30.890725
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