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domingo,
20 de
mayo de
2007 |
Opinión: otra vez la realidad toca la puerta
Alejandro Cachari / Ovación
De a poco la cruda realidad regresa impiadosa y enturbia el futuro. Lo oscurece. Les devuelve a los hinchas de Newell’s la angustia del comienzo del campeonato. El contraste con los de enfrente, los de San Lorenzo, quizás haya representado anoche el impacto más fuerte. Nadie debería ponerse colorado si en una comparación hombre por hombre rojinegros y azulgranas salen parejos. La cuestión es que San Lorenzo es el sólido líder del Clausura y Newell’s, por puntos, el peor equipo de la temporada con excepción de Quilmes, que descenderá.
¿Cuáles serán los motivos entonces? Más allá de las limitaciones, ¿saben en el planeta Newell’s que no hay margen para perder más puntos? No es una cuestión matemática. No se llega al objetivo sólo sacando cuentas. Pero el momento exige poner adentro de la cancha mucho más de lo que se puede. La referencia no es para la actitud, que puede ser muy ponderable, pero también inútil.
El que no rinde que no juegue, el que se complique emocionalmente con la realidad del promedio que lo vea desde la tribuna. Que adentro esté lo mejor. Porque la continuidad rojinegra en primera está en peligro.
El envión que le dio al equipo y a los resultados la llegada de Marini ya pasó. Lo que quedará para analizar más adelante, cuando la tormenta pase —si es que pasa— es por qué el equipo cambió tanto desde la ida de Nery Pumpido, cuya faena fue pésima, igual que la de los futbolistas que una semana más tarde empezaron a hilvanar una cosecha en serie de 13 puntos consecutivos sobre 15 posibles después de casi un torneo entero sin ganar.
El triunfo en el clásico ya se transformó en una anécdota chiquitita. El problema de Newell’s es bien grande.
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