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 miércoles, 16 de mayo de 2007  
El arte de devolverle autonomía a las personas en rehabilitación
La terapia ocupacional intenta reintegrar a la vida cotidiana a pacientes con incapacidad

Florencia O'Keeffe / La Capital

La terapia ocupacional opera en el área de la salud y ayuda a prevenir, mejorar o revertir la incapacidad psicomotriz en personas con problemas físicos o sensoriales, con trastornos neurológicos, retraso mental o enfermedades discapacitantes. Esta disciplina, cada vez más aceptada en el mundo entero, se utiliza en la rehabilitación de accidentes cerebrovasculares y hemiplejías; en enfermedades del sistema nervioso central, traumatismos craneoencefálico, parálisis cerebral infantil, y en problemas de aprendizaje, entre otras.

Pese a que en países desarrollados hace punta desde hace varias décadas, en la Argentina tiene una historia corta, aunque intensa. Prueba de ello es que se está aplicando en ámbitos de salud públicos y privados como una herramienta indispensable para devolver a las personas la posibilidad de manejarse en forma autónoma y mejorar su calidad de vida. “Nuestro objetivo es lograr la independencia en áreas específicas y básicas, como la higiene, la alimentación, el vestido y desvestido, las transferencias desde una silla de ruedas a una cama”, relata Shirley Zajdel, terapista ocupacional del Centro de Rehabilitación Integral Pilares del Rosario.

Como en casa. El ámbito de trabajo de Zajdel se parece mucho a una casa. Hay una cocina, una cama, un placad con ropa, sillas, mesas. En ese espacio que recrea el hogar, la terapista trabaja con el paciente para lograr que vuelva a hacer cosas que eran habituales en su vida, como comer, cambiarse o lavarse los dientes. “Nos ocupamos de retomar actividades diarias, esos hábitos con los que las personas conviven todo el tiempo y que no se registran como importantes hasta que se pierden”, señala.

La disciplina incluye, además, la adaptación de utensilios con el objetivo de facilitarle al paciente las actividades. Por ejemplo: se engrosa el mango de un tenedor o se tuerce una cuchara.

El terapista ocupacional ofrece soluciones para que la vida sea más fácil. “Sugerimos la colocación de alfombras antideslizantes en el caso de haga falta; les indicamos si hay que quitar una mesa porque tiene demasiadas puntas o decimos si es oportuno colocar una rampa”, destaca.

Zajdel comenta que la disciplina interactúa también con la familia y cuidadores de la persona, ya que estos tienen una participación activa en la vida diaria y necesitan estar informados y orientados para obtener mejores resultados.

Todos los recursos. “Trabajamos con técnicas específicas. Vamos facilitando la tarea para que la persona perciba qué es tomar un elemento, que su cuerpo sienta la prenda que se está poniendo”, manifiesta la especialista y agrega: “Nos manejamos con técnicas aceptadas a nivel mundial ya sea para la elongación y el estiramiento; para disminuir o aumentar tono. En definitiva, utilizamos todos los recursos probados para que el individuo recupere lo que perdió, o se entrene en aquella capacidad que disminuyó”.

“Logramos que se sientan más cómodos y sobre todo útiles. Algunos pacientes hace tiempo que no se mueven de la silla de ruedas y el hecho de que los levantemos y los coloquemos en otra posición les produce beneficios”, dice a modo de ejemplo.

Las sesiones de terapia ocupacional suelen ser un par de veces por semana, de acuerdo a cada caso, y se prolongan durante varios meses, según las indicaciones médicas. En las enfermedades crónicas, el trabajo suele ser planteado a largo plazo con intensidades que varían en relación a las necesidades. “Siempre es un plan que se propone interdisciplinariamente. El terapista ocupacional trabaja en relación a otras áreas como pueden ser la psicología, la neurología, la kinesiología”, señala la terapista.    

Para Zajdel, la terapia ocupacional es un trabajo estimulante que le permite recibir permanentes gratificaciones: “Tenemos momentos más difíciles que otros, y cada persona tiene sus tiempos, pero siempre vemos los logros, y eso es impagable. Algunos lo harán mejor o más rápido que otros, pero todos consiguen sentirse más seguros, y eso se nota en sus gestos, en su estado de ánimo, en sus sonrisas”.


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La terapista ayuda a una joven a retomar sus hábitos.


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