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martes,
08 de
mayo de
2007 |
Cardozo y Villar, los héroes rojinegros del clásico
Justo Villar y Oscar Cardozo, las figuras de Newell’s en el clásico, compartieron sus sensaciones junto a Ovación el día después del gran triunfo
Mauricio Tallone / La Capital
Fue una vuelta a los entrenamientos diferente para ellos. El día después a la gran victoria ante Central los encontró algo disfónicos luego del festejo alocado en el Coloso. El paso de las horas se empecinó en llevar a Justo Villar y Oscar Cardozo de un sacudón emocional a otro, con una velocidad asombrosa.
Ningún jugador del plantel de Newell’s se sometió en la práctica de ayer al precio de la fama como ellos. Pero Tacuara y Justo no hablaron desde el trono al que se subieron luego de la actuación consagratoria del domingo. Accedieron a la producción fotográfica con Ovación conscientes de que son los chicos de la tapa pero sin creer que tienen el mundo a sus pies. Incluso, Justo buscó ponerle freno a la euforia con una reflexión que pinta que tiene los pies sobre la tierra: “Tal vez la gente de Newell’s viva este triunfo ante Central como un campeonato aparte. Pero nosotros debemos pensar que sólo fue un partido y la historia continúa. Igual, nos debíamos una victoria así ante nuestra gente”, señaló el arquero leproso.
La expresión sosegada de Cardozo sólo se vio alterada cuando salió raudamente del vestuario y llamó a parte de su familia que lo estaba esperando cerca de su camioneta en Bella Vista. No hubo diálogo entre ellos. Bastó que Tacuara hiciera una seña para que Genaro (padre), María Rosa (madre) y Juan Gabriel, Alberto René y María Dolly (hermanos) se subieran al vehículo y partieron casi sin abrir la boca. Lo único que se le escuchó decir al autor del gol que definió el clásico fue una frase que repite casi mecánicamente desde que llegó a Newell’s: “No quiero hablar”, aunque a medida que caminaba junto a su padre se le cayeron algunas palabras: “Ya me hicieron muchas notas después del partido. Ya dije que fue el gol más importante desde que llegué a Newell’s. Lo necesitaba mucho porque la gente me lo había pedido”, confesó.
El que sí atendió durante un largo rato al batallón de periodistas tras la práctica fue Villar, el arquero de las manos mágicas que definieron el clásico.
—¿Imaginabas que iban a ser tan superiores en el desarrollo del partido?
—La verdad, me sorprendió. Pensé que Central iba a tener más oportunidades. Ellos no tuvieron una buena tarde porque nosotros prácticamente no les dejamos espacios.
—Ni en un sueño te hubiera salido tan redondo el clásico. Newell’s ganó, fuiste una de las figuras y le atajaste un penal al Kily González, el jugador símbolo de Central. Más no podés pedir.
—Es cierto. El penal se dio en un momento clave del partido. Si Central convertía el gol, el partido no lo ganábamos.
—Se notó que en el penal tus compañeros no te tenían mucha confianza porque ninguno apareció cuando Belloso recogió el rebote y desvió su remate.
—No sé si se durmieron o no me tuvieron confianza. En la repetición por la televisión vi que Belloso arrancó desde atrás y mis compañeros arrancaron desde la línea del área. Por eso llegaron más tarde. Estaba escrito que el partido lo tenía que ganar Newell’s.
—¿Atajar un penal en un clásico ganado por Newell’s era lo que te faltaba para que el hincha te tuviera entre los ídolos máximos de la historia?
—Puede ser. Le ganamos a Central 1 a 0 y sufriendo, como me gusta a mí y a los hinchas. El resultado fue tan redondo que para mí el penal fue como convertir un gol.
—¿Sabés que el hincha te va a recordar primero por el penal que le atajaste al Kily y después por el campeonato?
—El campeonato fue otra cosa. Aunque el penal quedará en uno de las páginas más importantes de mi carrera.
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Fotos
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Cardozo y Villar tuvieron su día de gloria.
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