Opinión: A Newell's no le queda otra que ganar

Mauricio Tallone / Ovación

Es mentira que en los clásicos las obligaciones recaen sobre los dos equipos. Siempre hay uno que llega más necesitado que el otro, por más que los discursos de ocasión cambien de color como el camaleón. El partido de esta tarde en el Coloso no admite doble lectura: el más obligado es Newell's. Ni de un empate sale inmune el conjunto de Marini.

El mensaje de los hinchas durante la semana fue muy elocuente. No es obra de la casualidad que perdieran la paciencia en la derrota ante Banfield, justo en la víspera al partido contra Central. Tampoco que colgaran una bandera en el inicio de los entrenamientos con la inscripción: "La camiseta de Newell's se debe transpirar".

La goleada sufrida en el Apertura pasado en el Gigante no sólo empezó a dinamitar el ciclo de Pumpido, sino que puso en la entrada del patíbulo a varios jugadores que hoy estarán en el equipo. Aquella claudicación rojinegra no fue producto de un mal partido. El equipo se arrodilló ante el peor rival. Por eso la gente no perdonará otro paso fallido, mucho menos en el Coloso.

Al que sí vale exonerarlo de esta situación extrema es a Pablo Marini. El técnico afrontará su primer clásico y es improbable que un mal resultado lo conduzca a la guillotina porque su ciclo todavía tiene oxígeno.