Opinión: Un clásico todoterreno

Luis Alberto Yorlano / especial para Ovación

Estaba prohibido llevar a la mesa familiar durante el almuerzo o la cena temas de conversación que pudieran terminar en discusión. Trataban de no hablar de política ni de religión ni de fútbol. Con el correr de los años las cosas fueron cambiando. Antes se era hincha y punto. Las discusiones giraban sobre la pelota y las cargadas del ganador. Hoy es imprevisible cómo pueden terminar una de esas discusiones. Antes, con suerte, podían terminar el martes, en cambio hoy dura una semana y hasta meses. Y el del equipo ganador luce la camiseta en la calle, en el laburo y en el colegio. La globalización llevó el clásico a todos lados. Por internet se sigue en lo lugares más extraños del mundo, donde seguro que algún rosarino siente nostalgia por la ciudad, con el amor intacto a los colores. Pero hoy no se juega solamente en la cancha frentes. Se marcan territorios. Se pelean por las esquinas donde existen paredes para escribir las consignas y los términos de "guerra". El Indio Solari y un gestor de eventos canalla le dieron pasto a las fieras. El técnico grabó a fuego la frase "pecho frío", mientras que el publicista porteño retransmitía el aliento por los altoparlantes de la cancha para darle paso al "sin aliento". Así surgieron las burlas con pingüinos y parlantes. Los banderazos en la cancha de Newell's son ya moneda corriente. Entre 10 mil y 15 mil hinchas llenan la tribuna que da al hipódromo antes de cada clásico. Pero los dos equipos están inmersos en otras confrontaciones. En Newell's hace años que el socio, por distintos motivos no puede elegir libremente a la comisión directiva, mientras que en Central, si bien es más democrático, el presidente electo está licenciado por sus pares de comisión directiva y el caso está en los tribunales provinciales esperando un amparo.

Los canallas dicen que los del Parque llenan la cancha porque entran gratis. Los rojinegros aluden a los famosos 40 mil asistentes en el 2004 a la cancha de Independiente. Que justo para el retruco de los de Arroyito, Julio Comparada, presidente del rojo dijo "necesitamos otro estadio, no nos alcanza el actual que solo entran 33 mil espectadores". Y está haciendo uno nuevo.

Las hinchadas, de acuerdo a organismos de seguridad en los estadios, son consideradas muy peligrosas y ya hay presentaciones en los tribunales provinciales y federales. De acuerdo a hechos que han sucedido en los últimos años, estos hinchas caracterizados son dueños y representantes de jugadores. Además tienen muy buenos abogados que cobrarían sus honorarios participando en los derechos económicos de los jugadores. Y manejan enorme cantidad de entradas que no solo engordan sus bolsillos, sino que reclutan nuevos hinchas para las líneas de combate. Hasta la tecnología médica sacó ventajas. Antes hacían socios a los recién nacido con el acta de nacimiento. Hoy, a través de la ecografía 3D, llevan la imagen de la criatura cuando aún no ha nacido, lo hacen socio y ponen la imagen en el lugar de la foto. Pelean por abrir la mayor cantidad de filiales en el mundo y poner en sus trapos (así llamada las banderas caseras) las fotos de reconocidos hinchas del mundo deportivo, político y artístico. Hasta la publicidad de su camiseta tiene que ver. Por lo general las dos tienen la misma empresa, para no quedar expuesta a rechazos de una u otra parcialidad a la hora de comprar el producto. Habrá que pedir disculpas a los muchos hinchas de Boca y River que habitan la ciudad, pero este clásico se juega todo el año.