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domingo,
29 de
abril de
2007 |
La Iglesia que se terminen la demagogia y las dádivas
Los obispos dieron a conocer un documento que endurece su relación con la Casa Rosada. Bergoglio dijo "estar harto" de que interpreten cada una de sus palabras como actos políticos
La Conferencia Episcopal Argentina, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, reclamó ayer autonomía "real y auténtica" de los tres poderes del Estado, independencia que consideró "imprescindible" para el "ejercicio de la democracia".
También exhortó a "promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central", y recordó que "los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan la estructura federal y republicana del país".
La advertencia episcopal se da a conocer justo cuando el presidente Néstor Kirchner mantiene una fuerte polémica con la Cámara de Casación penal por las demoras en los juicios por violación de los derechos humanos durante la dictadura militar, y el gobierno nacional debe intervenir en conflictos sociales en la provincia de Santa Cruz.
"Nuestro país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad como en desencuentros y resentimientos", alertó el plenario de obispos en un documento donde asegura que todavía "queda pendiente la deuda de la reconciliación".
La Iglesia exigió "gran trascendencia" para el próximo acto eleccionario, y llamó a alejar "prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan su profundo significado y degradan la cultura cívica".
Tras instar a los gobernantes a "priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos", advirtió que "una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino, sobre todo, cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación".
"Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia", subrayó el Episcopado en su declaración sobre el compromiso ciudadano y las próximas elecciones, dada a conocer al término de la 93ª Asamblea Plenaria del Episcopado.
"Estoy harto de que cada cosa que haga se interprete como un acto político, y encima me vinculen a personas (por Elisa Carrió) que hace años que no veo". La frase de Bergoglio resonó fuerte en la casa de retiros El Cenáculo. El malestar del purpurado porteño era evidente y se lo hizo saber a sus pares, sobre todo -explicaron fuentes eclesiásticas- porque hasta el más mínimo movimiento tiene otra lectura en los despachos de Balcarce 50.
Así ocurrió el martes, cuando el primado dejó Pilar para participar de un concierto de música sacra en la catedral, al que también asistió el jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman.
Ese encuentro generó suspicacias en la Casa Rosada, que acusa a Bergoglio de ser el "líder moral" de la oposición y favorecer la Coalición Cívica para perjudicar a los candidatos del kirchnerismo.
Pero el malhumor púrpura se exacerbó este viernes, cuando la ciudad apareció empapelada de afiches con la imagen de Bergoglio cruzada con la leyenda "opositor", que una cuadrilla municipal se encargó de retirar en pocas horas.
Más allá del encontronazo verbal entre el presidente Néstor Kirchner, que reclamó a los religiosos "poner la otra mejilla", y Bergoglio, que denunció "persecuciones" a la Iglesia, la cuestión de fondo sigue siendo la despenalización del aborto.
Los obispos enumeraron, además, desafíos "significativos" a tener en cuenta de cara al futuro y que -dijeron- "comprometen como ciudadanos".
Convocaron en este sentido a respetar del "derecho humano" a la vida desde el momento de la concepción hasta su fin natural, a recordar que la familia se fundamenta en el matrimonio entre varón y mujer y a promover la educación de los jóvenes "en el verdadero sentido del amor y el compromiso social".
Los obispos decidieron suspender la habitual rueda de prensa a fin de "evitar malas interpretaciones" del documento, que se difundió en medio del clima de tensión entre la Iglesia y la Casa Rosada, que acusa a Bergoglio de meterse en la campaña electoral porteña para "jugar" a favor de la Coalición Cívica que lidera Carrió y para perjudicar a los candidatos del kirchnerismo.
A pesar del hermetismo que rodeó la asamblea, transcendió que el plenario confió la redacción del texto a los obispos Jorge Casaretto (San Isidro y presidente de Pastoral Social) y Carmelo Giaquinta (emérito de Resistencia), y que en la sucesivas jornadas mereció un sinnúmero de cambios.
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"Los poderes del Estado se ennoblecen cuando consolidan el federalismo", dijo la entidad presidida por Bergoglio.
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