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domingo,
29 de
abril de
2007 |
Suma y sube
Argentino salió fortalecido de Burzaco
Rodolfo Montes / Ovación
Argentino volvió a imponer su fútbol lejos de casa. Sumó el segundo triunfo en 4 días, recuperó protagonismo y confianza, y ahora se encamina para jugar el Reducido por el ascenso. En territorio del sur bonaerense sacó ventaja mínima y se fue con una preocupación: el festival de goles errados volvió a empañarle el triunfo a un Salaíto que sacó varios cuerpos en el juego, pero sólo gritó una vez.
El local, San Martín de Burzaco, nunca logró equilibrar la supremacía a favor del Albo. Aún con el empeño natural de equipo local y el belicoso apriete de parte de su propia hinchada, a Burzaco no le alcanzó. El equipo de Jorge Díaz fue adueñándose del trámite, progresivamente. Con su esquema de siempre: jugar al pie y progresar asociados. Godoy por el centro, Chacón por la banda izquierda, se fueron convirtiendo en un problema para el local.
Técnica, velocidad y despliegue a una escala distinta obtuvieron su fruto: pasada la media hora de juego, el imparable Chacón se encontró otra vez entrando en soledad al área rival. Y esta vez no desperdició la chance, habilitó a Hugo Ibáñez que la alargó para Godoy. Toque con sombrerito incluido al arquero Gutiérrez y gol.
En la segunda mitad, un Jorge Díaz muy hábil para leer el partido, mandó a la cancha a Flores Coronel y sacó a Ibáñez. La misión del Chino era jugar en velocidad, de contra, y liquidar el pleito. El plan fue bueno, pero falló en la puntada final. El ex Central, muy bien asistido por los volantes, en especial por Módica, tuvo media docena de ingresos al área en velocidad, con pelota al pie, pero falló en la definición. Claro, tampoco lo ayudó el Tanque Müller, que tuvo una tarde opaca.
De la mitad hacia atrás, el Albo no mostró fisuras. Empezando por su arquero Busso, que tapó el único mano a mano que creó el local: al grandote Ortega. Lo de Busso fue bueno, siempre atento y ordenando a la tropa, para aguantar las pelotas aéreas, que, se sabe, son parte del panorama -ineludible- de cualquier partido del ascenso jugado en cancha chica y con piso malo como la de San Martín.
Argentino le ganó por un gol a un rival que está dos goles debajo del Salaíto. Si encuentra madurez para concretar en la red todo lo que genera, podrá soñar con cosas mayores.
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