Objetivo cumplido

Córdoba ganó y se metió de lleno en la pelea

Luis Castro / Ovación

Sumar, y de a tres, era lo que importaba. Y Central Córdoba cumplió con esa premisa y se llevó del estadio Carlos V tres puntos fundamentales para conseguir su meta de quedarse con un lugar en el hexagonal por la promoción (ver aparte) y seguir soñando con pelear por el ascenso directo. Claro que no le fue sencillo, porque Flandria y el piso del campo de juego fueron obstáculos difíciles de sortear.

Lo único rescatable de Jáuregui fue nada menos que el canto de victoria que ensayó el charrúa fuera de casa para conservar una levantada increíble, con ocho encuentros sin perder (siete triunfos y un empate). Y todo gracias a Diego Pavoni, que en sólo dos minutos en cancha logró sacar de la modorra al puñado de hinchas azules que acompañaron al equipo de Oscar Santángelo. Bezombe mandó un centro perfecto desde la derecha, un defensor canario no alcanzó a despejar de cabeza y el recién ingresado Pavoni le pegó como venía para sacudir la red de Ramírez.

Claro que antes del tanto se jugaron 64' que fueron un atentado a la vista. Porque las intenciones de juego estaban en el mediocampo y a pesar de que el charrúa era el que tenía mejores argumentos no lograba marcar la diferencia. Y por eso insinuaba con algunos remates de Bezombe desde afuera del área, porque Flandria complicaba el juego con las incesantes faltas.

Córdoba proponía, pero el canario sólo se encargaba de cortar el circuito futbolístico de su rival. Sólo un par de remates de lejos y una palomita frustrada de Leva inquietaron a Lacerre. Poco y nada de un partido anodino, insufrible.

Sólo Bezombe era el que intentaba seducir a la pelota mientras el resto la maltrataba. Pero el canario estaba empecinado en ensuciar el trámite y cada vez que el charrúa pretendía iniciar un juego colectivo aparecían las infracciones (de hecho, el local sufrió la expulsión de un jugador y tuvo siete amonestados).

No había forma de llegar con la pelota al piso. Porque el suelo no estaba en condiciones, la pelota andaba a los saltos, y porque a Flandria no le convenía que el rival pensara. Por eso el gol llegó con una pelota parada, donde Pavoni se convirtió en el héroe de la tarde.

El gol obligó al local a salir a buscar el empate y Córdoba se paró de contra. Flandria quiso ser protagonista de los últimos minutos pero le faltó ideas (nunca las tuvo) y fútbol para lograrlo.

El charrúa sigue sumando victorias y delineando una campaña bárbara de la mano de Santángelo, cuyo vínculo vence mañana (ver aparte). Con poco fútbol y sin lucir, logró sumar tres puntos. Y eso es lo que al hincha le importa.