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domingo,
29 de
abril de
2007 |
Panorama político
Se embarró la cancha
Por Mauricio Maronna La desafortunada comparación que Hermes Binner trazó entre el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, y la lamentable realidad psicofísica de Diego Maradona logró unir al menos por unas horas lo que la interna peronista parecía haber desunido. La chirriante referencia del ex intendente al ministro político de la gestión de Jorge Obeid quedó tapada por la incontinencia verbal que llegó desde el Poder Ejecutivo Nacional, pasó por la Jefatura de Gobierno porteña y continuó en el escenario nacional. La campaña ya se juega con cancha embarrada.
La abúlica tarea proselitista en Santa Fe, tras el frenético cierre de listas, parece haberles restado adrenalina a los candidatos, que reiniciaron la tradición de consumir tiempo en el gacetilleo de prensa y las recorridas por los rincones de la bota. La calma chicha se hace notar más en el Frente Progresista, donde ni siquiera habrá lucha interna: Binner podrá pasear cómodamente hasta horas antes del 2 de septiembre mientras Rafael Bielsa y Agustín Rossi velan sus armas para las primarias. Cuando el actual diputado nacional socialista dijo lo que dijo sobre Rosúa pareció que se venía una reedición de aquella frase pronunciada durante la sobremesa de un locro popular en la campaña de 2003: "Yo soy (Carlos) Monzón y (Carlos) Reutemann es (Nino) Benvenutti". El resultado del combate ya es conocido por todos.
Política impiadosa
La inocultable dificultad que se les presenta a los peronistas para enfrentar un proceso interno al que estaban desacostumbrados pareció cambiar con los dichos del líder del PS Hasta el mismo Lole renuente a las apariciones públicas asomó la cabeza para recordar en un canal de cable del interior los efectos devastadores de la Alianza con una escenografía natural similar a la del Canal Rural El ultraobeidista Mario Lacava fue el más duro en la andanada de críticas haciendo ancla en la poca piedad del frentista Binner Tampoco cayeron demasiado bien esas palabras en el campo socialista cuyos principales operadores saben perfectamente que con el viento de cola que trae la fórmula opositora no es momento de hacer olas
Más allá de la frase (Rosúa puede ser un buen o mal funcionario, pero la crítica debería ir por ese andarivel y jamás por la comparación con alguien que está en un neuropsiquiátrico peleando por su vida), pocas cosas han cambiado en la estética preelectoral. Bielsa busca atraer voluntades bajo una copiosa verba e intenta subir el nivel del debate tanto como lograr que Binner se siente a discutir cuáles son los proyectos de campaña de cada uno. No lo podrá lograr.
"Que debata con Rossi, ese es su rival ahora. ¿Qué sentido tendría apresurar los tiempos?", razonó en forma de pregunta, y con pragmatismo, uno de los laderos del ex jefe del Palacio de los Leones. En verdad, a los socialistas los inconvenientes comienzan a llegarles desde la Capital Federal donde el gobierno nacional no para de tirar anzuelos hacia dirigentes del partido.
Parece que Héctor Polino, Raúl Puy y Daniel Basteiro movieron la boya. "Incorporamos al socialismo al Frente para la Victoria", anunció sorpresivamente el candidato a jefe de Gobierno, Daniel Filmus. Lo que no logra el ministro de Educación es mover el amperímetro. Si la cooptación se produce, Rubén Giustiniani sufrirá su primera derrota, justo cuando su acuerdo con Elisa Carrió marcha a la velocidad de la luz.
"¿Qué pasa con Santa Fe? Nada. Con el desparramo que tenemos en Capital Federal ocuparnos del peronismo de allá es perder el tiempo. La guerra está focalizada", relató a La Capital un funcionario de primera línea de la Casa Rosada. Una encuesta de la empresa Carlos Germano & Asociados a la que tuvo acceso en forma exclusiva este diario ratifica un sombrío panorama para el presidente Néstor Kirchner en el imán político y mediático del país.
Tinellización
Mauricio Macri gana el 3 de junio cualquiera sea su adversario y solamente perdería el ballottage si su rival el 24 del mismo mes resulta ser Jorge Telerman el nuevo nombre que empieza a tallar en la marquesina El odio del jefe de Gabinete porteño Alberto Fernández hacia el ex notero de Badía & Compañía arrastró al santacruceño pese a las reiteradas advertencias de Carlos Zannini y Julio De Vido sobre la inconveniencia de soltarle la mano al Pelado
La campaña porteña parece destinada a consumir todas las energías justo cuando el Ejecutivo siente que un caso de corrupción comienza a rodearle la manzana de Balcarce 50. El presunto pago de coimas de Skanska (admitido hasta por un funcionario de primera línea de la empresa) alteró el pulso de todos y metió a oficialistas y opositores en una riña de gallos.
Fernández montó la semana pasada su base de operaciones en el Congreso y logró, una vez más, que la oposición, en vez de dar la pelea en el recinto, haga mutis por el foro, se retire y deje el camino libre para que ese hombre pálido y de frondosas ojeras desempolve denuncias contra Telerman, su aliada Elisa Carrió y Marcelo Tinelli. La tinellización de la política regresa para decir presente como una confirmación de que aquí la farsa vuelve como farsa y no siempre como tragedia.
Curiosamente, el conductor de Showmatch recordó con furia y precisión las lealtades sucesivas de Fernández, su rol de recaudador de Eduardo Duhalde y hasta le atribuyó ser el "José López Rega de Kirchner". Si esas palabras hubieran salido de la boca de un dirigente opositor hasta el mismísimo presidente se habría subido al atril para contarle las costillas al hábil declarante. Pero con "Marce" no se puede.
El jefe de Gabinete, denunciado por muchos periodistas porteños de levantar el teléfono con asiduidad para protestar por algún comentario que no le gusta, se tomó el trabajo de seducir al animador y pedirle disculpas por el "error" de haberlo involucrado en el cobro de facturas de Soul Group SA. Cuando Tinelli admitió haberse equivocado, en la Rosada respiraron aliviados. "Con el Cabezón no se jode", decían.
Los fuegos artificiales de la campaña porteña eclipsaron los dardos de Binner. Y, la verdad sea dicha, si los políticos locales hartan por su grisura, las primeras figuras nacionales lo hacen por su falta de racionalidad. Roberto Lavagna acusó al gobierno de haber montado la operación que esparció por todos los medios la muerte de Maradona para tapar el escandalete Fernández en Diputados y el escándalo Skanska en los noticieros de la noche. Kirchner dijo que Carrió era "fascista", Lilita respondió que el jefe del Estado es "trapecista de la mugre sin red" y Telerman convocó a "reírse más".
Macri balconea
El que tiene la sonrisa cada vez más ancha es Macri quien hace la plancha y es observado cada vez con más simpatía por el núcleo duro del kirchnerismo que hasta ayer nomás lo adjetivaba en los peores términos Según la fuente consultada durante los últimos días hubo contactos entre el presidente de Boca Juniors y funcionarios del gobierno para pactar una tregua
El brote verbal que serpenteó durante días eclipsó la gira de Cristina Fernández a México, donde fue recibida como una jefa de Estado por el presidente de derecha Felipe Calderón. Los diarios nacionales publicaron la semana pasada algo que aquí se informó hace dos meses: Reutemann duplica en intención de voto e imagen a Felipe Solá como potencial candidato a vicepresidente y Julio Cobos registra un nivel de desconocimiento cercano al 80 por ciento.
A Néstor Kirchner lo abruma tener que empezar a pensar que, si va por la reelección, el primer día de su segundo mandato será el amanecer del adiós al poder. Los pingüinos llegaron para quedarse. Y parece que así será.
En la Argentina no hay oposición, hay opositores. Demasiado poco para que el país cambie de signo político cuando octubre está ahí nomás, a la vuelta de la esquina.
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