Los sobrevivientes de Guernica recuerdan el día de la matanza

Ya ancianos, relatan una y otra vez cómo salieron vivos aquel fatídico 26 de abril de 1937. El ataque no fue el primero en su tipo, pero fue cubierto por los corresponsales internacionales

Paul Haven

Guernica, España. - Itziar Arzanegi todavía escucha el rugido de los aviones alemanes y ve la imagen de la anciana que alza los puños recriminando a los extranjeros la destrucción de su pueblo. Recuerda el gesto de horror de esa mujer cuando un avión bajó en picada, abrió fuego y la acribilló.

Han pasado 70 años desde que los aviones de guerra alemanes e italianos que apoyaban a las fuerzas fascistas del general Francisco Franco en la Guerra Civil española destruyeron este histórico pueblo vasco con bombas de fragmentación e incendiarias, pero las imágenes siguen vívidamente impresas en las mentes de los ancianos sobrevivientes.

Arzanegi tenía 11 años el 26 de abril de 1937, el día en que su mundo se vino abajo. Cuando empezaron a caer las bombas corrió a refugiarse en un bosque de pinos sobre una colina y desde allí presenció la escena infernal. Ella y otros pobladores se escondieron en los arbustos mientras los aviones sobrevolaban, hasta que una de ellos no pudo contener su ira. Se puso de pie y empezó a gritar al cielo justo cuando aparecía un avión.


Un antecedente
Hay muchas cosas por las que pasamos en nuestras vidas y nos olvidamos algunos de los detalles pero ese bombardeo no lo puedo olvidar un solo día comenta Arzanegi Mientras viva llevaré conmigo la visión de ese avión en picada y ametrallando a esa mujer Fue tan cruel tan inimaginable

El bombardeo nazi de Guernica no fue la primera vez que se usaban armas modernas contra una población civil: los aviones alemanes habían hecho otro tanto en su ataque al pueblo vasco de Durango, apenas tres semanas antes.

Pero la destrucción de Guernica fue la primera que provocó titulares mundiales, y como tal cambió para siempre nuestra percepción de la guerra. Además inspiró una de las pinturas más célebres e icónicas, "Guernica" de Pablo Picasso, una poderosa denuncia de la crueldad. Actualmente se exhibe en el museo Reina Sofía de Madrid.

El mundo tenía poca experiencia con este tipo de brutalidad urbana, pero no pasaría mucho tiempo sin volver a verlo a mayor escala en los bombardeos de ciudades como Londres, Coventry, y Dresde y Tokio, y las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki.

"Había habido bombardeos antes de Guernica, pero este tipo de ataques aéreos a un pueblo no eran comunes en esos días, particularmente los bombardeos destinados a destruir un pueblo entero", dijo José Angel Etxaniz, un historiador vinculado al museo del pueblo que ha pasado casi 20 años estudiando el bombardeo. "Llamó la atención del mundo".

El mundo no había imaginado antes la magnitud del salvajismo nazi, pero pronto volvería a presenciarlo en gran escala: la invasión hitleriana de Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial estaban apenas a dos años de distancia. Guernica fue una especie de ensayo.


Pasado incómodo
Si bien las imágenes de la destrucción de Guernica están impresas en forma indeleble en la conciencia mundial y en la mente de un número declinante de sobrevivientes el 70 aniversario del ataque apenas causa efecto en España

Es sintomático en un país que nunca asumió el pasado de su Guerra Civil. España se ha convertido en una potencia económica y cultural en los últimos años, pero los críticos dicen que su éxito se ha construido sobre las ruinas de su gran desastre.

"En España hemos cambiado por fuera, hemos construido carreteras, centros de compras y exitosas compañías multinacionales, pero cambiar la mentalidad ha resultado mucho más difícil", dice Emilio Silva, presidente de una organización que ha dirigido esfuerzos por exhumar los cadáveres de civiles muertos por las fuerzas de Franco en la guerra de 1936-39. Se cree que el total de muertos en ambas partes alcanza el medio millón.

Arzanegi, que tiene 81 años, es una de un número declinante de sobrevivientes del bombardeo. Se cree que Guernica tenía de 8.000 a 10.000 habitantes cuando los aviones de la Legión Cóndor alemana la bombardearon para reducir el pueblo, de mayoría de casas de madera, a escombros humeantes.

Sólo se cree que quedan unos 200 sobrevivientes, según la organización no gubernamental Recordando Guernica.

Muchos son octogenarios o nonagenarios, con la salud declinante. Pero las historias que cuentan sobre el día fatídico son a la vez cautivantes y aterrorizadoras.

Luis Iriondo, de 84 años, dice que aquel día se vio separado de su familia y que se escondió en un refugio antiaéreo en el centro del pueblo. "No había luz ni ventilación, y había tanta gente amontonada que era imposible respirar. Temía que una bomba nos alcanzara y que fuera enterrado vivo", dijo. Al final decidió arriesgarse a salir a la calle: "Mejor ser ametrallado que enterrado vivo".

Pedro Balino, de 86 años, estaba en la estación ferroviaria con un amigo cuando oyó el ulular de las sirenas y vio el primer avión. Los dos corrieron a las colinas y desde allí observaron el bombardeo. Cuando terminó, regresó en busca de su familia. "Después del bombardeo bajamos de las colinas y a la entrada a Guernica hallamos ocho o diez personas muertas o agonizantes. A una le faltaba la cara, a otra, los brazos", recordó Balino. "Conocía a algunos de ellos. Eran gente joven, quizás de 15 ó 16 años". "Han pasado muchos años", agregó Balino. "Puedo perdonar, pero nunca olvidar, porque el sufrimiento de ese día siempre estará dentro de mí".

María Oianguren, directora del Centro de Investigación por la Paz, dice que las versiones de los sobrevivientes son una parte vital de la historia, y lamenta que una vez que no estén presentes, el bombardeo sólo perdurará en las narraciones que dejen.


Desinformación
Eso es particularmente válido en el caso de Guernica que ha estado envuelta en mitos y desinformaciones desde el ataque

Es un pueblo histórico para los vascos porque fue aquí donde los reyes españoles venían y se paraban junto a un roble, el mítico Roble de Guernica, para prometer respetar un antiguo código que otorgaba derechos especiales a los vascos. La teoría más popular es que Guernica fue atacada debido a este poderoso simbolismo.

Franco desmintió que hubiese aviones alemanes o italianos en España para esa fecha, e insistió en que los vascos habían destruido el pueblo ellos mismos. Cuando sus fuerzas tomaron Guernica pocos días después, inmediatamente trataron de ocultar todo vestigio del ataque aéreo removiendo los restos de bombas y balas de los aviones.

Aunque hubo miles de testigos, el dictador se mantuvo en su posición hasta su muerte en 1975. La mera mención del bombardeo podía poner a la gente en aprietos en la España de Franco, y los sobrevivientes dijeron que aprendieron muy pronto a no abrir la boca.

Pero hubo mitos en ambas partes, admitió Etxaniz, entre ellos la suposición de que Guernica era el primer ataque aéreo a una población civil durante la Guerra Civil, y que era el más mortífero. No fue ni uno ni otro.


Menos muertes
Después del bombardeo el gobierno vasco en retirada anunció que habían muerto 1.245 personas en Guernica y que hubo más de 800 heridos pero esas cifras fueron una mera conjetura Los historiadores han reducido la cifra de bajas durante décadas

Etxaniz dice que su equipo ha revisado minuciosamente los registros de las iglesias y cementerios y que ha podido documentar sólo 120 muertes por el bombardeo, mucho menos de las más de 300 registradas en el bombardeo alemán de Durango de tres semanas antes, a fines de marzo de 1937.

Pero la diferencia radica en que el horror de Guernica fue captado en los despachos dramáticos de los corresponsales extranjeros que cubrían la Guerra Civil. Fueron estas versiones de la prensa extranjera las que llamaron la atención de Picasso, que en ese entonces vivía en París.

En todo caso, muchos de los sobrevivientes se han opuesto activamente a la participación inicial de España en Irak y se han manifestado contra otros conflictos bélicos. "¿Cuáles son las lecciones de Guernica?", se preguntó Belino. "Sólo que no debería volver a ocurrir jamás". (AP)

El mismo rincón de Guernica después del bombardeo y hoy en día. La pequeña ciudad vasca fue arrasada.