|
miércoles,
25 de
abril de
2007 |
¿Cómo arreglamos los problemas?
La infame ola de violencia estudiantil que arrasó con la elección del decano de Medicina el pasado viernes 20 de abril pone de manifiesto el oprobioso accionar con que la llamada Agrupación de Lucha por los Derechos de los Estudiantes (Alde) resuelve sus problemas. Resulta al menos contradictorio que estudiantes que dedican gran parte de su tiempo a reclamar por una educación mejor, no consideren que dentro de dicha petición se encuentre el respeto por los demás. ¿Qué hay de todos aquellos estudiantes que ven negado su derecho a concurrir a su facultad porque un reducido grupo de estudiantes-activistas decide tomar el establecimiento por la fuerza? ¿Qué se puede esperar de una sociedad si cada ciudadano decide que sus necesidades lo habilitan para coartar los derechos de los demás? Evidentemente, nos hemos acostumbrado a vivir en un país en donde la anomia ha penetrado como un virus, causando daños difícilmente remediables. ¿Qué hacer? En primer lugar, denunciar a estos individuos por su indebido comportamiento; exponerlos ante la sociedad en toda su hipocresía, al arrogarse el título de defensores de los derechos de los estudiantes cuando no hacen más que procurar, a través de la violencia y el patoterismo, sus propios intereses. En último término, aquellos ciudadanos civilizados podemos esperar, cándidamente, la intervención de la Justicia.
Patricio Lagger
enviar nota por e-mail
|
|
|