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domingo,
22 de
abril de
2007 |
Antología mínima
Libertad, dinastía del aire
Estoy borrando los
/siglos.
La mujer se vuelve,
de sus manos brota
/la alfarería,
la agricultura, el tejido.
Ese es su reino, ese
/es su reino, alegría.
Estoy borrando los
/siglos.
El hombre está
donde su mirada no
/llega,
el amplio mundo.
El hombre sueña.
El hombre es un
/poema.
La mujer cantaba
/arrodillada en su
quehacer.
La mujer le dio a beber
/un mensaje.
Se extendió más allá
/de la luz:
Sólo me siento libre
cuando soy capaz de crear.
Alfarero de sí
-Vasija encantada, forma
de las formas, contéstame.
-Y el cántaro, extasiado de
/penumbra,
redondeó la luz.
(de “La rama del seibo”)
La hierba
Por todo bien por todo mal
/regreso.
Por todo bien, himnos.
Por todo mal, pésame.
Por todo bien por
/todo mal.
Es la vida.
El rostro grave de la fe
que se nutre sin
/selección posible
de todo bien y todo mal. Soy la hierba,
acaso un ígneo
/resplandor del olvido,
que todo guarda al fin.
(de “Otros poemas”)
El collar de arena
También la sombra
/es frágil
si el agua está cerca.
Entonces adviene
a disuadir lo absoluto
otra irisada agonía,
difusas lágrimas
/del sauce,
difusas notas, élitros
de los pequeños seres.
Acústica en gotas
/de nimbar,
si son sonidos,
la claridad aún
cómo de intenso
fluye
el devenir,
la distancia inalcanzable.
Cuenco de manos,
arena de reflejos.
¿La inmensidad no es?
Pequeños seres en suma
esmaltan la noche.
(de “El collar de arena”)
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