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domingo,
22 de
abril de
2007 |
La ley cambió, las prácticas no
La aprobación de la Ley de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes dejó atrás el sistema del Patronato, un régimen que disponía la internación tutelar de los menores en centros e institutos y cuyos principios entraron en contradicción con la Convención sobre los Derechos del Niño, incorporada a la Constitución argentina en 1994. El nuevo ordenamiento legal prevé que sea el Estado a través de políticas públicas, y no un juez, el que se ocupe de los chicos en riesgo social. El espíritu de la ley, que propone una nueva forma de concebir la infancia, es que se reconozca a los niños como sujetos de derecho y se priorice su permanencia en la familia. Pese a su aprobación, Degano señala que el viejo esquema del patronato el que sigue en vigencia en las prácticas judiciales y en el modo de subjetivación de los jóvenes institucionalizados.
"Más alla de las insuficiencias institucionales para su ejercicio, la nueva ley propone una subjetivación diferente, basada en el derecho a ser niño. Desgraciadamente, persiste en la sociedad la mirada negativa hacia los menores. ¿Cómo revertir esto y realizar el pasaje de un menor a un niño? Esta es una gran inquietud y una pregunta que debe contestar Argentina en su conjunto, no mediante una ley solamente. Además, como todavía no se implementaron las instituciones que prevé la ley no existe su concretización nacional. Por el momento, es sólo un elemento declamativo alejado de la práctica", planteó al respecto Jorge Degano.
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