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lunes,
16 de
abril de
2007 |
El 9 de la gente
Gustavo Conti / La Capital
Cuesta mucho ganarse el cariño de los propios. ¿Cuánto más el de los ajenos? En medio del caos que fue el final del gran triunfo de Newell's por 2 a 0 en barrio Alberdi, con balas de goma repercutiendo en todo el ambiente, con hinchas de Belgrano que salían, se encontraban con el pandemónium y volvían a entrar, Oscar Cardozo se iba dirigiendo a la puerta del vestuario después de ser entrevistado por la TV y recibió un aplauso conmovedor de los hinchas celestes.
Ninguna imagen resultó más fuerte, más descriptiva, de una tarde teñida de miedo pero también de gestos de grandeza. Antes y durante el partido, fue el millar rojinegro el que coreó su nombre cuando después de haber hecho los dos goles ganadores que lo llevaron al tope de la tabla del Clausura (con ocho, igual que Palermo, de Boca), rechazó de cabeza en su área un tiro libre contrario. Después, mientras muchos cordobeses eran corridos por su propia policía, otros tantos reconocían su talento goleador, implacable, enalteciendo la figura del hincha universal, tan manchada hoy por los violentos.
"Nunca había vivido una situación así y me da mucha alegría", reconoció Tacuara emocionado como pocas veces. En realidad, hay que hacer un ejercicio mental muy grande para recordar casos así, porque el tributo del otro es propio de los grandes jugadores. Y en el poco tiempo que está en el difícil fútbol argentino, el paraguayo fue ganándose ese mote. Sólo le faltaba lo de ayer para ratificarlo.
Y no sólo eso. Cardozo subió al micro con dos premios que le entregaron: el de una empresa de energía por haber iluminado el fútbol, tal como rezaba, y el clásico cordobés Borreguito, de un programa de TV local, a la figura de la cancha. Y hubo más, le hizo una apuesta antes del partido al dirigente Marcos Lanzillota de que si hacía dos goles debía pagarle un teléfono celular de última generación y apenas entró a vestuario se lo reclamó. Mañana pasará por caja.
Todo eso fue la consecuencia de una nueva demostración de capacidad ofensiva del 9 que goza todo Newell's. Hace 15 días en Jujuy, no apareció en los noventa minutos, pero en el 91 le dio la victoria a su equipo. Ayer, en cambio, fue una pesadilla insondable para los centrales Peppino y Novaretti. Los ridiculizó, les hizo morder el polvo y si no fuera porque falló en dos mano a mano que supo fabricar, hubiera redondeado una tarde de diez.
Cardozo además parece tener un equipo a su altura. Cejas lo habilitó a los 9' después de una salida en falso de Montoya y se tomó su tiempo para definir de zurda. Arrieta desparramó marca a los 77'y le dio un exacto pase atrás. Tacuara también tuvo tiempo para acomodar su derechazo a la red. Y en el medio, tiró afuera una gran habilitación del Pitu y luego le peleó ¡un lateral! exigido a Novaretti, se la robó, lo hizo pasar de largo y Montoya se la sacó.
Cardozo además se llevó de Córdoba la yapa de alcanzar a Martín Palermo como goleador del Clausura, una de sus proclamadas metas y su techo lo sigue poniendo en cada cita. "Estoy muy contento por mi rendimiento y el de todos los compañeros. Sé que llegué arriba de la tabla que es lo que quería, pero mi meta es hacer goles en todos los partidos". Optimismo derrocha y no por lo que dice fuera de la cancha, sino por lo que hace dentro de ella.
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Fotos
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El paraguayo encabeza la tabla de goleadores con Palermo.
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