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sábado,
07 de
abril de
2007 |
Opinión: Otra Semana poco Santa
Otra vez una Semana nada Santa. Nuevamente la siniestra postal de intolerancia, ausencia de diálogo y represión tan salvaje como incomprensible. Las fotos que pretenden elevar hasta el cielo los beneficios de los índices macroeconómicos y las puestas en escena preelectorales quedaron sepultados en una provincia rica, que cobra regalías y que tiene como gobernador a un pretendido candidato a presidente.
El asesinato del docente será utilizado políticamente por todos, aunque muchos tienen cuotas de responsabilidad. La Casa Rosada vinculará a Sobisch con Mauricio Macri. Pese a la operación despegue, el líder de PRO tiene fuertes vínculos con el mandatario neuquino.
Pero que no ensaye ningún canto de cisne el gobierno nacional: el presidente debió permanecer a comienzos de semana en su residencia de El Calafate, custodiado por centenares de gendarmes y policías al mismo tiempo que casi 10 mil docentes y otros trabajadores estatales le rodeaban la manzana.
Fue tan grande el temor a pagar algún costo político que debió suspender su viaje a Ushuaia, el lunes, para conmemorar el 25º aniversario de la recuperación de las islas Malvinas. Tal vez el kirchnerismo esté maldiciendo por estas horas la postulación a jefe de Gobierno del impávido ministro de Educación, Daniel Filmus.
La crisis educativa no se compadece con maestros trepados a puentes carreteros demandando mejores salarios y alejados de las aulas, grupos armados penetrados por servicios de inteligencia alentando el caos y gobernantes que hacen del silencio una virtud.
En un país serio todos pagarían el costo político de la sinrazón. Acá, servirá para que (como en su momento sucedió con Teresa Rodríguez) nazca un nuevo movimiento que lleve el nombre de "Carlos Fuentealba".
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