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sábado,
07 de
abril de
2007 |
Educación en valores y
nuevos lazos sociales
Los directivos rescatan el valor del contacto con las familias afectadas
¿Cómo se vuelve a enseñar lengua, matemática o las ciencias cuando el tema excluyente de estos días son las tristes consecuencias que deja el temporal? “Desde lo pedagógico tenemos varios caminos para trabajar, que se nos abrieron sin pensarlo”, comenta Laura Narvaiz, la directora de la Escuela Nº 1.095 y cita como ejemplos la idea de vincular el temporal con contenidos como el de los cambios climáticos y otros más relacionados a la enseñanza de los valores: como lo es la solidaridad.
“En los días del temporal nos acercamos al barrio para ver en qué podíamos ayudar”, relata. De esa decisión, surgió en la escuela un centro de ayuda, que en coordinación con la delegación local Amsafé, pudo reunir donaciones. “Para nosotros fue clave conversar con los papás, relevar las necesidades, esto nos facilita ahora la llegada a la enseñanza", cuenta.
Elena Despósito es vicedirectora de la Escuela Nº1.319 de Empalme Graneros, a la que asisten 928 alumnos. Una buena parte de los chicos y sus familias fueron evacuados en los días de lluvia intensa. “Estamos pensando en cambiar el diseño curricular de la escuela, transformarlo con contenidos más significativos. Por ejemplo, con clases para que los chicos conozcan la historia y el accionar del Numain (Nunca Más Inundaciones, organización creada luego de la inundación del 86)”, dice la docente.
Asegura que lo que se quiere es recuperar los relatos de los chicos y sus familias. “Tenemos que escucharlos, atender el sufrimiento”.
Cuando se la consulta por el estado del edificio escolar, dice con cierta resignación: “Nuestra escuela no está del todo mal, las paredes están húmedas, llenas de hongos, pero no electrificadas”.
En la Escuela Nº 661 (Juan José Paso al 1500), la directora, Elena Rigatuso, cuenta que durante el temporal no cerraron la escuela y asistieron a la gente del barrio “Cocinamos con la ayuda de estudiantes universitarios que se acercaron a dar una mano”, recuerda Rigatuso. “La verdad es que las condiciones de vida de estos chicos es muy mala, por eso lo que pasó no difiere de lo que viven a diario”, agrega.
“En estas condiciones la lengua y la matemática sirven más para establecer un código de civilidad”, responde la directora a la vez que resalta que el trabajo encarado en la comunidad escolar “se diferencia del asistencialismo, es asistencia e invita tejer lazos sociales”.
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