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domingo,
18 de
marzo de
2007 |
Caraglio, la nota de ilusión
El delantero fue la carta fuerte que jugó Riquelme y el juvenil no lo defraudó
Para Daniel Riquelme el de anoche era un partido fundamental. Si bien siempre fue consciente de que lo suyo era un interinato, nadie le hubiera sacado la ilusión de continuar en el cargo si debutaba con lo que hubiese sido un resonante triunfo ante San Lorenzo. Ahora, con la caída, se refuerza la impresión de que su continuidad puede estar atada a un partido más, aunque igual hay que remarcar que anoche dejó su sello, no sólo con la exclusión de algunos experimentados como Roberto Acuña y Juan Azconzábal, sino con haberle dado la oportunidad de debutar a Milton Caraglio, quien le respondió con creces.
Con el resultado puesto, Caraglio se transformó en la gran nota de ilusión para el futuro canalla. Con 18 años y luego de haber jugado sólo un partido en reserva como titular (precisamente de la mano de Riquelme), el delantero deslumbró por su potencia y su sentido de la oportunidad. Si bien no pudo convertir, tres veces estuvo en posición de lograrlo y en todas el mismo generó la chance.
De arranque nomás, a los 3', la primera que tocó fue un zurdazo que obligó a Orión a sacarla por arriba del travesaño. A los 14' la bajó de pecho en la medialuna, aguantando la marca de Bottinelli, y sacó un raro remate de aire y a espaldas del arco que se colaba en el ángulo izquierdo, lo que obligó a otra magistral intervención del arquero azulgrana. A los 73' se llevó a varios jugadores a la rastra, entró decidido por izquierda y su remate bajo fue detenido en dos tiempos por el arquero santo.
Inclusive, jugó muy bien en equipo y le entregó el gol a Di María inmediatamente después de la apertura de San Lorenzo, pero Aureliano Torres la sacó en la línea. Había dudas de su aguante físico porque había bajado mucho de peso durante la pretemporada, pero se las arregló además para bajar varias veces, hasta su propio campo.
No se sabe si Riquelme dirigirá a Central ante Estudiantes, pero en una noche donde los pocos que fallaron fueron los de experiencia, Caraglio resultó su mejor carta de presentación.
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