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domingo,
18 de
marzo de
2007 |
Trabajo. El descenso de la desocupación plantea un nuevo eje de discusión centrado en mejorar la ocupación y los niveles salariales
Ingresos y calidad, la nueva agenda para el empleo
El desempleo cayó a 8,7 % en el país y a 9,5 % en la región en el cuarto trimestre de 2006. Pero buena parte de estos puestos son informales y mal remunerados
Sandra Cicaré / La Capital
El desempleo en el país y la región rompió la barrera de los dos dígitos pero los números están lejos de convertirse en la mejor noticia para los trabajadores. Aunque el fantasma de los años 90 se disipó mucho antes de lo previsto por propios y ajenos y Rosario es una muestra palmaria de eso, en una Argentina que crece al 9 por ciento anual, todavía empleo no es sinónimo de buenas condiciones de vida.
"La idea de que el núcleo duro de desocupación -jóvenes, adultos desocupados crónicos o sin instrucción- tenía más dificultades para incorporarse al mercado de trabajo no ocurre", dijo el secretario de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación, Enrique Deibe, aunque sí "hay un problema de calidad de empleo", agregó.
Según los propios guarismos oficiales el trabajo en negro supera el 40 por ciento en la Argentina y unos puntos más en el Gran Rosario. Con lo cual, si bien se está creando empleo, mucho del mismo tiene que ver con aquel que no le ofrece al trabajador no sólo los beneficios sociales y previsionales sino además un salario que permita romper la barrera de la pobreza.
Según un informe elaborado por el equipo de trabajo que conduce el diputado y miembro de la CTA, Claudio Lozano, en la Argentina "la reducción del desempleo no se transforma en expansión del empleo formal y de alto nivel de ingreso".
De hecho, en el país conviven actualmente una desocupación de un dígito con un empleo informal que alcanza a cuatro de cada diez trabajadores y el ingreso promedio de los ocupados no supera los 860 pesos, un 23% menos que en 1998, consigna el trabajo.
De todos modos, "en cinco años la desocupación bajó 15 puntos porcentuales, sin contar como ocupados a los beneficiarios de planes sociales, y este es un número contundente", apuntó la economista de Universidad Austral, Ana Navarro de Gimbatti.
El economista y docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Carlos Crucella, consignó que en la región "entre el cuarto trimestre de 2003 y el de 2006 se generaron más de 70 mil puestos de trabajo, un promedio de 2.000 por mes (65 por día) y en el último año se crearon unos 27 mil (más de 2.000 por mes y de 75 por día).
Ahora, cuando se habla de calidad del empleo -trabajo en negro, subocupación o salario real- el país no es homogéneo", apuntó Gimbatti.
En ese punto señaló que si el tema se aborda desde el punto de vista del poder adquisitivo, los trabajadores formales lograron aumentos superiores a la inflación, aunque esto tiene como contraparte que el 40% que está en negro no lo logró o vienen rezagados.
Al respecto la economista llamó a un "sinceramiento" por parte del Estado que "en sus tres niveles de gobierno es uno de los sectores que más empleo en negro tiene", dijo.
La relación con el PBI
Los indicadores macro señalan que la economía se expandió un 14,7% desde el mejor año de la convertibilidad, mientras que la desocupación sólo se redujo 3,9 por ciento.
"Esto demuestra que en 2006 la Argentina tiene una pauta distributiva más regresiva que en 1998", explica el trabajo de Claudio Lozano, ya que "la desocupación no bajó en línea con el aumento del PBI sino que lo hizo a un ritmo 3,75 veces inferior".
Para Trabajo, los números no pintan tan mal. Según explicó Deibe "si bien hubo momentos en este proceso de recuperación y de una economía que crece con empleo que tuvimos elasticidades empleo producto (relación entre crecimiento de la creación de empleo y el crecimiento de la economía) muy altas, casi llegando a uno, hoy estamos en un promedio de los últimos cuatro años de 0,6".
"El hecho de que haya descendido no significa que la relación no sea buena, sino que no es tan alta y eso ocurre porque es muy difícil sostener en una economía competitiva una elasticidad de uno, es decir que por cada punto del producto que crece, crezca el desempleo", agregó el funcionario.
Rosario entre los mejores
Si se pone la lupa en estas relaciones técnicas, el Gran Rosario sale beneficiada. Por caso, según explicó Crucella, "la elasticidad empleo producto se duplica en los dos últimos años respecto de 2004 y significa que por cada 1% que crece el PBI el empleo en el Gran Rosario aumenta 0,7%. Mejor imposible", reflexionó el economista.
Para Navarro de Gimbatti, los números de la región merecen especial atención. "Rosario es uno de los aglomerados que tiene más tasa de actividad en el país y la desocupación no está entre las más altas. Además, el mercado crea mucho trabajo y cantidad de horas porque la subocupación es una de las más bajas", dijo.
Con lo cual "en la región el trabajo que se crea es de tiempo completo y en mayor proporción que en el resto del país".
A nivel país, el vuelco de los argentinos al mercado laboral también es un dato para festejar. "Tenemos una tasa de actividad similar a los países de Europa (llegó al 46,1% en el cuarto trimestre 2006) y así todo tenemos una desocupación del 8,7%, eso quiere decir que si tuviésemos la tasa de actividad de hace un año estaríamos por debajo del 8%", explicó Deibe.
"Hay un efecto aliento a la búsqueda de empleo, a mejorar los ingresos de los hogares a partir del trabajo", agregó el funcionario.
En este punto Rosario vuelve a dar la nota, pero en esta oportunidad en forma positiva. Según señaló Crucella, "nunca (desde 2003) la tasa de actividad creció a mayor ritmo que el empleo", con lo cual la presión laboral nunca supera a la creación de empleo.
El economista puntualizó que en el período 2003/2004 en el Gran Rosario la tasa de actividad no creció en puntos porcentuales ni en porcentaje y la de empleo sí aumentó 1,1 y 3 por ciento respectivamente.
En tanto en 2004/05 la tasa de actividad creció 2,9% y la de empleo 6,1, mientras que en el lapso 2005/06 el aumento fue de 2,6% y 5,2% respectivamente.
A estas proyecciones se suman los guarismos privados que hablan de buenas perspectivas en materia de contratación.
Así, el último informe de la consultora de trabajo Manpower indica que en la Argentina el 38% de los empleadores prevé un aumento en la contratación de personal para el próximo trimestre.
Los indicadores para la región pampeana son alentadores ya que muestran una expectativa neta de empleo es de +34%, dos puntos por encima de lo previsto para el primer trimestre de este año.
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