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domingo,
04 de
marzo de
2007 |
En foco. La desocupación de un dígito
El gobierno nacional pudo anunciar esta semana la tan esperada reducción de la tasa de desempleo a un dígito, un nivel sólo comparable al registro de fines de 1993, cuando el índice comenzó un vertiginoso ascenso.
Más allá de la discusión sobre la forma de computar a los beneficiarios de planes sociales en la medición (si se los toma a todos como desocupados el desempleo se ubica todavía por encima del 10%), lo cierto es que la evolución del mercado de trabajo presenta una fortísima mejora, sobre todo desde el pico que se había alcanzado en medio de la crisis durante 2002.
También significa un cambio de tendencia respecto de la década del 90, ya que en los últimos años el crecimiento del empleo se verifica en todos los rubros.
Las altas tasas de crecimiento de la economía son el principal tractor de esta recuperación del mercado laboral, y en buena medida ese factor explica la opción del gobierno a favor de estimular el consumo a pesar de que se traduzca en mayores niveles de inflación.
El otro factor es la alta rentabilidad de las empresas en la mayoría de los sectores económicos luego de la devaluación.
Este dato renueva su importancia en momentos en que el Ejecutivo nacional se apresta a cumplir con su compromiso de reducir la indemnización especial por despido injustificado que protege a los trabajadores ocupados antes del inicio de la recuperación económica.
El ministro de Trabajo argumentó a favor de la eliminación de ese régimen en la necesidad de garantizar certidumbre jurídica pero, en el contexto de una realidad salarial que todavía tiene mucho que recorrer para alcanzar sus mejores niveles, reducir la protección de los empleados es básicamente otorgar a los patronales una herramienta más para que mejoren su posición negociadora en las paritarias.
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